Tras saberse que Alex Saab tuvo tratos con la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA) e inclusive el FBI, el empresario colombo-venezolano desatará una tormenta tanto en nuestro país como en el suyo.
Así lo declaró el profesor Pedro Pablo Alcántara, exparlamentario, quien dijo que el supuesto diplomático designado por Nicolás Maduro, en un desesperado intento para evitar su extradición de Cabo Verde a los Estados Unidos, ahora hundirá a funcionarios de alto nivel del régimen, a quienes dará a conocer en el juicio que se le ha programado para octubre de este año.
Lo más importante es que, dadas las circunstancias del caso, no prosperará la apelación que sus defensores le están haciendo en un tribunal de Atlanta, acerca de su presunta inmunidad diplomática, porque nunca reunió las condiciones para ser, como pretendió el jefe del Ejecutivo Nacional, embajador plenipotenciario.
Y hay razones, indicó, para pensar que será enjuiciado en los Estados Unidos por el delito de lavado de dinero en operaciones ilegales que hizo con el régimen, inicialmente de Hugo Chávez y seguidamente con Maduro.
Como exparlamentario, dijo, puedo señalar las siguientes:
Primero, cuando el jefe del Ejecutivo Nacional escoge a una persona para que ocupe el cargo de embajador, tiene que ser elaborado un informe, que debe ser llevado a la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, la cual debe recibir personalmente al aspirante y luego de la entrevista que se le hace, producir un nuevo informe para la sesión plenaria, a fin de que está, mayoritariamente, vote el nombramiento. Así lo establece la Constitución y la Ley Orgánica de Política Exterior; pero, este requisito no se cumplió en el caso del empresario colombo-venezolano Alex Saab.
Segundo, tan pronto como Saab cayó detenido en Cabo Verde, el 12 de junio del 2020, el canciller de entonces, Jorge Arreaza, calificó el procedimiento como arbitrario e ilegal, y posteriormente fue emitido un comunicado en el cual se decía que el mencionado individuo era un agente del gobierno venezolano que realizaba gestiones para los Clap (el programa de alimentos). Pero, no se advirtió que era diplomático, sino que esta condición fue anunciada seis meses después, en diciembre, cuando se informó que era embajador plenipotenciario de la Misión Venezuela ante la Unión Africana, con sede en Etiopía, cosa que desconocieron los Estados Unidos por considerar que no tenía inmunidad diplomática y ya estaba avanzando el proceso de extradición.
Tercero, Saab no es un alma caritativa que estaba trabajando por conseguir alimentos a los pobres venezolanos, sino un audaz empresario que venía haciendo fabulosos negocios con el régimen venezolano. Los más conocidos fueron construcción de viviendas prefabricadas por 135 millones de dólares y operaciones por 685 millones, 340 millones y 425 millones(todos en dólares) a través de sus empresas para los Clap. ¿Un diplomático venezolano haciendo negocios con el Estado que representa? Esto es inadmisible.
Cuarto, Maduro ha dicho que Saab es un funcionario diplomático y lo han sostenido sus allegados, entre ellos Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y jefe de la representación del régimen en las conversaciones en México, pero se han llevado un tremendo golpe que les ha dejado descerebrados. El supuesto agente del gobierno venezolano y embajador plenipotenciario, sorpresivamente, aparece en el documento judicial revelado por el tribunal del juez Robert Scola, de Miami, como colaborador de la Agencia Antidrogas de Estado Unidos (DEA), durante casi un año. Indudablemente, ha incurrido en traición. Porque Nicolás Maduro lo calificó de “héroe revolucionario,” desplegó una intensa campaña propagandística con conciertos, murales, manifestaciones y programa de televisión, exaltando la figura del sujeto con la frase “Alex Saab somos todos”, además de pagar los abogados defensores del extraditado de Cabo Verde y éste se olvidó que Hugo Chávez expulsó en agosto del 2005 a la DEA, acusándola de espionaje y de utilizar como máscara la lucha contra las drogas. Aún más, Maduro le dio un puntapié a la mesa de negociaciones en México por la extradición del colombo-venezolano en octubre del año pasado.
Quinto, todo esto que está sucediendo ha ocasionado, además del impacto en el régimen venezolano, una tormenta en Colombia. Porque él llegó ante la presencia de Hugo Chávez no por azar sino de la mano de la entonces senadora Piedad Córdoba, quien está siendo investigada por sus vínculos con el empresario colombo-venezolano tanto en su país como en los Estados Unidos. La llamada Teodora, como era su seudónimo en el ámbito irregular, está señalada de tener vínculos con la narcoguerrilla FARC. De modo, pues, que el caso Saab ahora es cuando habrá mucha tela que cortar tanto en los Estados Unidos y Colombia como en Venezuela. Y son muchos los involucrados en el régimen que están ya temblando por lo que diga en el tribunal el “héroe de la revolución”, como lo calificó Maduro.