Son pocos los comunicadores sociales venezolanos con presencia en la radio internacional cuando en el pasado funcionaba la onda corta. Entonces esta banda radial enlazaba al mundo con la tecnología analógica a la velocidad de la luz, es decir 300 mil kilómetros por segundo. A ese minoritario y selecto grupo pertenece el periodista valenciano Gustavo Morales egresado a finales de los años 70 del siglo pasado de la UCAB.
Dotado de unas naturales condiciones para la escritura su vocación profesional la encaminó hacia el periodismo, sobre todo el radiofónico, que exitosamente cursó en esa casa de estudios superiores. Ello aunado a una potente y educada voz ideal para la radio con un timbre armónico y sonoras tonalidades que sabía usar al colocarse al micrófono. Una singular voz que suscitaba placer y ganas de oírla, admirada por sus colegas y oyentes, pues hablaba con soltura, espontaneidad y sencillez sin la pedantería de los sin brillo en la misma.
A la temporalidad de la palabra oral le imprimía una proyección prolongada por el embeleso de su voz grave que sabía usar para perdurar en el oído del oyente. Era la instantaneidad hecha casi permanente por la ventaja de sus recursos sonoros en que sin duda se impuso su conocimiento de la oratoria. Así, tras concluir la carrera incursiona en Radio Caracas Radio como redactor, reportero y moderador de espacios informativos siendo su fuente preferida la cultural con un amplio dominio de temas, entre estos la crítica cinematográfica.
Un venezolano del mundo
Con una visión cosmopolita de la vida y el mundo en 1982 decide marcharse a Francia en busca de nuevos horizontes profesionales. Entonces Radio Francia Internacional había reiniciado emisiones hacia América Latina y estaba a la caza de personal para la Sección Latinoamericana. Eso le cae del cielo, pues es reclutado para integrar la misma.
Morales pasa la rigurosa prueba a que las emisoras internacionales someten a los aspirantes a laborar en sus programas, sobre todo la capacidad para desenvolverse en la práctica más lo sistematizado en un instituto de educación formal. En las mismas son pocos los que salen triunfantes por lo exigente pues se trata de una demostración por los hechos de lo que se dice saber. Una prueba que en los años sesenta también superó el Premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa para producir el programa Literatura al debate
De inmediato el valenciano se incorpora a la Sección Latinoamericana que dirigía el escritor y músico español, Ramón Chao. En RFI labora como presentador de emisiones, narrador de noticias, guionista, productor, redactor de noticias y comentarista cultural en la especialidad del cine que conocía profundamente. Esas labores las cumple en las seis emisiones diarias hacia esta parte del mundo. En la emisora parisina está por el lapso de unos diez años.
Así corona uno de sus mayores sueños de hacer una radio con una programación trastocadora con acento en los temas culturales, económicos, políticos, tecnológicos, científicos y deportivos. La radio de máxima producción y sentido de actualidad preparada por un equipo de trabajo especializado.
De esa forma se establece en la Ciudad Luz para convertirse en un venezolano del mundo, como Francisco de Miranda que le permitió ampliar su horizonte de la sociedad contemporánea. Cuando se produjo El Caracazo en febrero de 1989 y la intentona golpista del 4 de febrero de 1992, no sólo reflexionaría sobre los peligros de la violencia sino que también sería elemento clave en su cobertura por sus conocimientos de primera mano del país.
Un triunfador en la onda corta
Gustavo Morales figura entre los comunicadores venezolanos que han incursionado con éxito en la radio internacional. A esa privilegiada lista se añaden: Pedro José Fajardo en la BBC, Luis Gerardo Tovar, Adolfo Martínez Alcalá, Mariusa Reyes, Claudia Hernández, Andreina Flores y Héctor Velásquez Mejías. Igualmente desde la práctica de la afición ciencia del diexismo (exploración de señales electromagnéticas) el barinés Santiago San Gil González, en condición de guionista, corresponsal y colaborador de espacios especializados en las telecomunicaciones. Es la biblia del diexismo en Venezuela.
En RFI trabaja al lado de un granado grupo de periodistas y locutores de varios países latinoamericanos. Sus guardias las compartió con; Rocío Blu, Fernando del Paso, Vilma Abella, Severo Sarduy, Luisa Corradini, Víctor Hugo de la Fuente, Alejandra Pineda, Enrique Atonal, Pablo Paredes, Alejandro Valente y Cecilia Rovareti, entre otros. Todos provenientes de distintos países hispanoamericanos de lengua española.
Este brillante periodista es un desconocido en su patria aunque su nombre está sembrado en las latitudes internacionales a las que accedió gracias a la radio por onda corta, que cultivó con vehemencia en La voz de Carabobo, UCAB, RCR y RFI. Ello gracias a su natural talento y capacidad que desarrolla en un medio tan exigente como RFI, donde supo ganarse un puesto ante sus micrófonos cuando la radio se preparaba para recibir a la nueva tecnología digital.
La fuente cultural
Amante del cine y la fotografía hace gala de sus vastos conocimientos del séptimo arte en espacios que producía y narraba en su propia voz. Sus compañeros lo recuerdan por esas facetas y su inseparable sentido del humor, entre ellos Rocío Blu. Ésta nos contaba, en amable correspondencia, que era un apasionado del cine y conocedor de los temas del arte más su dominio de la técnica radial.
En Morales siempre percibimos, cuando tomaba la palabra ante un micrófono, que sus historias se tornaban casi en perdurables por el poderosos peso de su voz, aunque en radio la narración es fugaz salvo cuando es diferida o grabada sin la congelación del cine o el periódico. Conscientes somos de lo paradójico que dichas afirmaciones, pero en este compatriota creemos sucedía de esa forma. El axioma del sonido de la radio con la voz que en Morales cobraba vida comunicacional.
Era hijo del radiodifusor Antonio Morales Betmamm, director por 15 años de La Voz de Carabobo, donde desde niño se le despertó el gusto por la radio. Un día de 1992 su voz dejó de escucharse en el éter, quedando de sus jornadas de apertura en la estación parisina la inolvidable y contagiosa identificación en su recia voz:
“Aquí París, Radio Francia Internacional”
Gustavo Morales un talentoso hombre de radio, que se marchó en la flor de la vida con la perdurable resonancia de una seductora voz que al modularla le sacaba color, vale decir, imágenes radiofónicas.
Freddy Torrealba Z.