En la “otra Venezuela”, la Venezuela de la vida real, mientras tanto, un bebé resultaba asesinado por la guardia costera de Trinidad, mientras su madre intentaba emigrar en busca de un futuro mejor para él. Un niño falleció en espera de un trasplante de riñón que nunca llegó, porque el régimen de Nicolás Maduro suspendió el programa de trasplantes en 2017. Sí, el régimen al que pertenece el anfitrión de la fiesta inolvidable, los mismos que han repetido hasta la saciedad que la revolución es la vía para la redención del pueblo, que “solo el socialismo es el remedio para todos nuestros males”, y que tenemos “un gobierno del pueblo y para el pueblo”.
Tal vez fue ésa la gota que rebosó el vaso: ver a personas conocidas queridas, seguidas y admiradas celebrando al enchufado, ajenos a los dolores causados por su combo. Y eso enardeció a muchos. Y esas personas queridas, seguidas y admiradas se convirtieron en un instante en los enemigos públicos número uno, incluso más que Maduro. Y es que cuando la traición viene del propio bando -o de quienes se pensaba que estaban en el bando de uno- duele mucho más.
Celebro que haya habido rabia colectiva, porque podría ser el primer paso para sanear una sociedad que, hasta ahora, ha tenido una moral adaptable y facilona. Donde el dinero ha lavado absolutamente todo. Y también donde las lealtades han existido mientras exista la chamba, porque si en algo somos expertos los venezolanos es en hacer leña del árbol caído. Que lo diga Alejandro Andrade, que fue tan celebrado por tantos: no solo cómo lo dejaron íngrimo, sino lo que dijeron de él. Es lo que están sufriendo en carne propia los asistentes a la fiesta del tepuy y lo que pudiera sucederle al «empresario» cumpleañero.
Espero que otros que, como ellos, han sido complacientes, amigos y hasta socios de los corruptos, comiencen a poner sus barbas en remojo. Espero también que estas actitudes nos sigan indignando y las sigamos reclamando. Porque solo así podremos salir de este horror, lo peor que nos ha pasado a los venezolanos después de la Guerra Federal.
Carolina Jaimes Branger
@cjaimesb