África está pasando a la “fase de control” de la pandemia de la COVID-19 y el aumento de las tasas de vacunación será crucial para ayudar a la región a convivir con la enfermedad, afirmó este jueves el director de la Organización Mundial de la Salud para ese continente, Matshidiso Moeti.
“Aunque el COVID-19 estará con nosotros a largo plazo, hay luz al final del túnel. Este año podemos poner fin a la interrupción y destrucción que el virus ha dejado a su paso y recuperar el control sobre nuestras vidas”, agregó el funcionario.
África se dirige hacia “lo que podría convertirse en una especie de endemia, vivir con el virus… Creo que estamos pasando de la fase pandémica y ahora tendremos que gestionar la presencia de este virus”, dijo a periodistas en una rueda de prensa virtual.
“Durante los últimos dos años, el continente africano se ha vuelto más inteligente, rápido y mejor para responder a cada nuevo aumento de casos de COVID-19”, agregó Moeti.
“Contra todo pronóstico, incluidas las enormes desigualdades en el acceso a las vacunas, hemos capeado la tormenta del COVID-19 con resiliencia y determinación…, pero el COVID-19 nos ha costado muy caro, con más de 242.000 vidas perdidas y un tremendo daño a nuestras economías”, añadió.
El optimismo de Moeti contrasta con las advertencias del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha repetido que la pandemia no ha terminado.
Según el Banco Mundial, se calcula que la pandemia ha empujado a 40 millones de personas a la pobreza extrema en el continente y se calcula que cada mes de retraso en el levantamiento de las medidas de confinamiento le cuesta a África 13.800 millones de dólares en ingresos brutos perdidos, añadió Moeti.
«Es preocupante que solo el 11% de la población adulta de África esté vacunada a pesar de que el continente recibió más de 670 millones de dosis», dijo el funcionario.
Según las cifras de la OMS, África se encuentra entre los continentes menos afectados por la COVID-19, aunque se han subestimado los casos y las muertes, como en otros lugares.
Algunos expertos lo atribuyen a la demografía más joven del continente y la tendencia a pasar más tiempo al aire libre, entre otros factores.