El doctor Rafael Narváez, quien acumula 38 años en la defensa de los Derechos Humanos, acusa a Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de no estar haciendo nada por los migrantes venezolanos, ya que éstos están muriendo, como pasó el domingo último cuando funcionarios de la guarda costera de Trinidad-Tobago abrieron fuego contra un peñero, en el cual viajaban veinte venezolanos y asesinaron a un bebé de un año y ocasionaron heridas a varios de ellos.
Lo más grave de la agresión es que el gobierno de esa república alega haber actuado “en defensa propia.”
De igual forma criticó a las organizaciones defensoras de Derecho Humano, al Colegio de Abogados y a los diplomáticos venezolanos por dejar que se siga maltratando a los migrantes venezolanos en todas partes, incluyendo los Estados Unidos, y no exteriorizar enérgicamente su obligatoria defensa por nuestros connacionales.
Y fue mucho más duro contra el gobierno, culpable de la hambruna y de las malas condiciones de vida de la población, que ha obligado a que 5,6 millones de personas, de acuerdo a los reportes de los gobiernos receptores a las Naciones Unidas, se hayan ido del país.
El Estado venezolano es tan indolente que ni siquiera defiende a los ciudadanos, que son víctimas de un desplazamiento forzado, enfatizó el profesional del Derecho y exparlamentario.
Está siendo violada descaradamente la Convención Internacional de Viena, que obliga a darle protección social y jurídica a los desplazados.
Venezuela, después de Siria que confronta una guerra interna desde hace diez años, es el país que tiene el mayor número de desplazados en el mundo.
El doctor Narváez se reunió este martes con más de setenta familiares de desplazados, quienes expusieron los graves problemas que están sufriendo los venezolanos que se encuentran en el exterior.
Lo que uno ve es gente desesperada, angustiada y preocupada porque sus familiares están siendo maltratados física y psicológicamente, a todas horas y en todas partes de Estados Unidos, Europa y América Latina.
Se refirió al caso de México, donde están exigiendo visas y deportando a los venezolanos, lo mismo que están haciendo los Estados Unidos, donde hay más de trescientos connacionales detenidos por ingresar ilegalmente a su territorio.
No acepto condolencias del gobierno de Trinidad-Tobago y es necesario que se haga una profunda investigación de este caso, porque en esa nación existe una predisposición contra los venezolanos.
Señaló que el gobierno de Venezuela es indolente y siente un gran desprecio por los desplazados.
Aún más, cuando algunos de estos regresan, los funcionarios los tratan muy mal y les gritan frases insolentes como “ahora sí vuelven, porque se cansaron de limpiar pocetas” y muchas cosas más.
Declaró que el paso por Darien no solamente es peligroso por los peligros que tiene la selva, sino que los venezolanos están expuestos a ser atacados por delincuentes que operan en esa zona.
De igual modo indicó que los llamados “coyotes” se aprovechan de los venezolanos que quieren llegar a los Estados Unidos.
Pero, de esos y otros casos no se ocupa la Acnur, cuyas funciones principales son las de atender a los desplazados.
Y exhortó a las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, a los abogados y, en general, a los sectores representativos del país a pronunciarse por esta situación porque cada vez es más terrible para los venezolanos que se han ido del país y se siguen yendo porque no tienen esperanza de mejorar sus condiciones de vida.