La inteligencia anula el destino, mientras un hombre piensa se ha ganado la libertad… Los ciudadanos más vulnerables siguen siendo víctimas de los que más pueden tomar decisiones que afectan a la grandes mayorías, especialmente en el funcionamiento de los servicios públicos, relacionados con la salud. En las últimas semanas hemos visitado algunas instituciones dedicadas a tratamientos especializados y no hemos quedado de una pieza cuando nos anunciaron aumentos en los costos que se deben pagar. En alguno de ellos sorprenden los precios a pagar, aún con lugares que hace algún tiempo la parte social estaba por encima de los intereses económicos de sus patrocinadores, sus obligados pacientes se refieren a esos bruscos cambios y apelan a los medios en busca de una solución que les permita superar sus problemas de salud.
II
Lo dije en una columna pasada: muy pocos fanáticos simpatizaron como antaño con el béisbol profesional venezolano en la temporada pasada, coincidimos en calificarlo como pobre comparativamente con el pasado y nos quedamos corto visto los resultados finales, incluyendo, claro está, con la Serie del Caribe, donde la representación colombiana ha conquistado el título por primera vez. Nuevamente la representación venezolana nos decepcionó, al igual que las nuevas promociones beisboleras ante un equipo colombiano sin complejos ante los grandes. Acostumbramos a compararlos a los peloteros del ayer, de un ayer no muy lejano con el que lucen los de hoy, pero la realidad nos obliga poner las cosas en su santo lugar y defender la imagen del fanático, como siempre lo han hecho los cronistas deportivos y los propios protagonistas del espectáculo. Hoy los aplausos del graderío se lo han llevado, merecidamente, claro, los Caimanes colombianos.
III
En nuestra capital, Barquisimeto, funciona un anexo al centro asistencial que años atrás era refugio de los pocos pudientes, los cuales eran atendidos por un grupo médico de elevada vocación humanística, fundado por reconocidos profesionales de la región, que cubrían con notable dedicación las deficiencias de los hospitales públicos. Cada día aumentaba el número de personas que acudían en busca de la anhelada atención a sabiendas que podían contar con gente dedicada al bien público sin tener que contar con una buena cuenta bancaria que alivie su precaria situación.
IV
Pero esos tiempos cambiaron y no sabemos cuando sucedió, el hospital cambió se convirtió en un centro médico radicalmente distinto al proyecto original, provocando una crisis que debe ser revisada por los padres de esa institución.
(Continuara el próximo miércoles)…
LRM