Irán registró más de 100 muertes por COVID-19 en un período de 24 horas, en momentos en que la contagiosa variante ómicron se extiende por el país, reportó la televisora estatal.
Un total de 104 personas murieron de coronavirus desde el domingo, cuando el país reportó otros 85 decesos. El 1 de febrero hubo 50 muertes.
Irán es el país que más muertes por COVID-19 ha sufrido en Medio Oriente, con 132.934. El gobierno dice que el 80% de su población adulta ha recibido dos vacunas y un 27% ha recibido tres.
Las autoridades señalan que ahora la variante ómicron es la predominante en el país y han llamado a los hospitales a prepararse para otra ola de hospitalizaciones.
“Cada día hay un aumento de entre 10 y 15% de casos”, relató Nader Tavakkoli, un funcionario de salud en la provincia de Teherán, según la agencia de noticias ISNA.
El reporte del lunes indica que 2.615 personas están en condición crítica, es decir, 220 más que el domingo. Se registraron 39.819 casos nuevos de COVID-19 desde el domingo, unos 4.390 más que el período anterior.
El domingo, el ministro de Salud Bahram Einollahi pidió a la población a tomar medidas sanitarias, como ponerse la mascarilla y mantener el distanciamiento social. Las autoridades calculan que menos del 50% de la población está acatando las reglas.
“Desafortunadamente, ha comenzado la sexta ola y estamos inmersos en ella. Creemos que la cresta de la ola vendrá en unas dos o tres semanas”, expresó Tavakkoli. “Le rogamos a la gente que siga los protocolos”.
Unos 50 miembros del Parlamento de 290 escaños han contraído el virus.
También el lunes, Irán anunció que conmemorará el 43er aniversario de la Revolución Islámica de 1979 solo con carros y motocicletas por segundo año consecutivo debido a la pandemia.
Irán ha dependido principalmente de la vacuna china Sinopharm, pero ha ofrecido otras, incluyendo la de Oxford-AstraZeneca, la rusa Sputnik V, la india Covaxin y la suya propia, llamada COVIran Barekat.
