La Guardia Costera de Trinidad y Tobago publicó un comunicado en el reconoció que disparó la noche del sábado contra un bote que transportaba a venezolanos y mató a un bebé que migraba junto a su madre.
En el texto del comunicado, la Guardia explicó que dispararon al motor de la embarcación en un intento de detenerlos y en «defensa propia». Alegaron que los migrantes habían intentado «embestirlos», se Lee en El Nacional.
Los funcionarios argumentaron que durante el procedimiento «utilizaron todos los métodos disponibles, incluido el uso del megáfono, la bocina del barco, el reflector y las bengalas, para tratar de detener la embarcación sospechosa. Sin embargo, la embarcación continuó intentando evadir» la embarcación de las autoridades.
El comunicado dice que minutos después, de acuerdo con los protocolos estándar, se emplearon disparos de advertencia delante de la embarcación.
Agregó que tras inspeccionar el bote «descubrieron» que había «migrantes ilegales» a bordo, que habían permanecido «escondidos» y no los vieron antes.
«Otros controles detectaron a una mujer migrante ilegal que sostenía a un niño e indicaba que estaba sangrando. La embarcación fue llevada junto a la embarcación de las autoridades y la mujer herida fue estabilizada y llevada a un centro de salud local. Lamentablemente, el niño no respondía», añadió la información.
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