Los jóvenes venezolanos siempre han demostrado su gallardía y valor para trabajar sin descanso por la construcción y fortalecimiento de la República. Ejemplos sobran en nuestra historia, resaltando aquel célebre 12 de febrero de 1814 cuando las fuerzas venezolanas, compuesta en su mayoría por jóvenes, lograron el triunfo sobre el bando realista en la aclamada Batalla de la Victoria. Desde entonces, ha quedado claro que la juventud mantiene una fortaleza única que es necesaria e indispensable para sacar adelante a Venezuela y hacerla brillar incluso en los momentos más oscuros.
Por eso el régimen se siente amenazado ante los jóvenes y ha hecho hasta lo imposible para dificultarles la vida. Tienen miedo de que exijan sus derechos y denuncien las injusticias que cometen, llevando entonces a cabo su política de persecución y miedo. Saben que la única forma de mantenerse atornillados al poder es doblegando la voluntad de la juventud, por eso han roto sus metas y sueños. La falta de esperanza hace creer que no hay ninguna oportunidad de cambio político ni de reconstrucción nacional.
La Encuesta Nacional sobre Juventud (ENJUVE) del 2021 arrojó terribles cifras sobre la realidad que padecen los jóvenes. Son innumerables las dificultades que deben afrontar quienes deben abandonar sus estudios para poder trabajar y sobrevivir con salarios bajísimos. Entre 2013 y 2021 aumentó 23% a 37% el porcentaje de venezolanos entre 15 y 29 años que no están inscritos en algún centro educativo ni están insertos en el mercado laboral. Desde el año 2015, 880 mil venezolanos entre 20 y 24 años no continuaron su formación académica. Además, otros 821 mil jóvenes entre 15 y 19 años de edad dejaron los estudios en los últimos 2 años. Son cada vez menos los que aspiran a estudiar porque en la actualidad graduarse de bachiller y de la universidad no son vías para superarse y tener calidad de vida.
Los niveles de pobreza son igual de desalentadores. La mitad de la población joven se concentra en los quintiles 1 y 2, es decir, en los hogares de menores ingresos, hablamos de pobreza extrema. Además, el desempleo en los jóvenes es muy superior al del resto de la población activa, especialmente en mujeres, quienes terminan siendo el sector más perjudicado.
Estos datos explican la masiva migración de venezolanos que han dejado el país desde el comienzo de la emergencia humanitaria compleja. El 51% de los más de cinco millones de venezolanos que abandonaron el país en último lustro son jóvenes entre 15 a 29 años. El país perdió aproximadamente un millón de jóvenes desde el 2013, es fácil y duro concluir que se fueron buscando oportunidades que no consiguieron aquí.
La juventud es el motor de un país, es la pieza indispensable para que las naciones avancen y puedan progresar. Tenemos el reto de ayudar a estas nuevas generaciones a que sigan apostando por el país y que consigan aquí todas las oportunidades que les han robado. Sabemos que son luchadores y con voluntad de plomo, y que sin importar cuantas dificultades haya en el camino seguirán haciendo República, al igual que aquella celebre generación que luchó en 1814.
Stalin González