Doctor Ruy Medina: Desde el 2017 han venido cerrando los servicios de HCUAMP #4Feb

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Cuando una parturiente acude al Hospital Central Universitario Doctor Antonio María Pineda, para que le practiquen una cesárea; o alguien lo hace por una fractura que necesita tratamiento urgente, no podrá recibir atención si antes no adquiere los insumos que se requieren de inmediato.

Ya esta es una situación que se ha tornado corriente, tal como ocurre en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde no se les proporcionan los medicamentos a los pacientes.

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Estos casos los refiere a Elimpulso.com, en entrevista que le hacemos, el doctor Ruy Medina, con 57 años de ejercicio de la medicina, cuyo nombre llevan 44 promociones de médicos y quien es el mejor conocedor de lo que ocurre, precisamente, porque durante más de la mitad de su vida profesional trabajó en la emergencia del principal hospital de nuestro estado, del cual se desempeñó como su director y, aún más, fue director regional de Salud en Lara. 

Al hablar de los pacientes que van al Antonio María Pineda dice que les piden entre 20 y 25 ítems para atenderlos: analgésicos, inyectoras, antibióticos y todos los demás que requiera.

Si la persona ha sufrido una fractura tiene que aportar el yeso y hasta la guasa, para colocarla alrededor de la herida.

Sobre la atención a la COVID-19

Cuando se le preguntó acerca del número de camas que hay para los pacientes que han contraído la COVID-19, el doctor Ruy Medina dijo que en el Antonio María Pineda no hospitalizan a ese tipo de enfermo.

Son referidos al hospital centinela de Sarare, al Daza Pereira o al Luis Gómez López.

Pero, no es posible conocer el número de camas que tienen esos centros asistenciales, porque esa información sólo la tienen los organismos oficiales. Pero, no se da a conocer.

Equipos y servicios

Como exjefe de la emergencia del Antonio María Pineda, donde pasó más de la mitad de su vida profesional, dijo que dejaron de funcionar los equipos de radioterapia, quimioterapia y otros con los cuales se les brindaban los servicios a los pacientes que los requerían.

Los pacientes agudos y subagudos, diabéticos descompensados, infartados de miocardio,  quienes sufrían edemas pulmonares y otras enfermedades tenían áreas específicas en el cuarto piso del Hospital Central.

Pero, en el 2018 fue cerrado ese piso y al día de hoy tiene colocado el mismo candado que puso la constructora que iba a reconstruirlo.

La empresa levantó el piso, tumbó la cerámica de las paredes y se llevó lavamanos, pocetas y todo lo que había en el lugar. Ahora están hacinados los pacientes en medicina para mujeres, hombres, agudos y subagudos.

De los 25 pabellones que tenía el principal hospital del estado, apenas 8 quedan funcionando. Los demás carecen de los elementos esenciales para ser utilizados.

Desde el año 2017 han ido desapareciendo progresivamente los servicios o funcionando precariamente los que quedan, expuso nuestro entrevistado.

De ayer a hoy

Cuando comenzó a funcionar el Hospital Central, entre los años 1954 y1955, dijo el doctor Ruy Medina, lo hizo con los servicios de oftamología, dermatología, banco de sangre, hematología, laboratorio, anestesiología y, en general, a plenitud.

Hoy oftamología atiende nada mas casos de emergencia porque sólo le queda un médico adjunto. Desapareció el postgrado de esa especialidad.

Dermatología tiene dos médicos.

Reumatología dejó de funcionar.

De las 500 ó 600 enfermeras que había en el Central quedan 200, aproximadamente, y por tanto el trabajo se le acumula a quienes cumplen turno, porque cada una tiene que atender entre 30 y 35 pacientes.

En emergencia hay tres enfermeras para ocuparse de un promedio de cien personas.

Y en cuanto a salarios, un médico adjunto devenga 50 dólares al mes.

Como ejemplo de sacrificio está el de un residente que viene de Barinas, gana 50 dólares al mes y tiene que pagar residencia y alimentación.

Casos desde el interior del estado

Es de suponer que la situación en el resto de Lara está peor que en Barquisimeto.

El ejemplo más patético podría ser el hospital de Carora, que tenía diez pabellones y apenas está funcionando uno, motivo por el cual refieren los pacientes al Antonio María Pineda. Y hay un anestesiólogo que trabaja una vez por semana, quedando 26 días sin su servicio.

El doctor Ruy Medina manifestó que no podía dar detalles de cómo está la situación en el resto del estado, porque no tiene informaciones que pueda confirmar.

Pero, la situación real de la salud en Lara es crítica. Y tiende a agravarse porque cada día los especialistas dejan de prestar sus servicios y no existe incentivo alguno para que puedan permanecer trabajando.

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