Por Violeta Villar / www.webdelasalud.com
En Venezuela “se está consumando la ruina de la actividad formativa y de investigación, sobre la base de negar los recursos que por derecho les corresponden a las universidades autónomas, los institutos de formación científica y las Academias nacionales”, advirtieron los representantes de las Academias en un comunicado público.
“Las Academias nacionales expresan su consideración sobre las improcedentes políticas públicas en ciencia, tecnología y educación superior que han sido implementadas en el país en los últimos años. Las universidades, los institutos de investigación científica y humanística y las Academias nacionales han sido limitadas en su enorme potencial, con el consecuente deterioro de las oportunidades de crecimiento social y económico de la sociedad venezolana”, afirman.
La provisión presupuestaria ha sido un incontestable modo de afectar severamente el funcionamiento de las instituciones académicas y científicas.
En cifras, destacan que “por más de 10 años a las universidades autónomas se les ha aprobado presupuestos reconducidos e insuficientes. Desde hace 5 años a los institutos de investigación adscritos al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología no se le asignan los fondos para funcionamiento e investigación. Durante los últimos 2 años a las Academias nacionales solo se les ha financiado el pago del personal administrativo”.
De modo reciente, documentan, el Ejecutivo trasladó las nóminas a la plataforma Patria, quitándole a estas instituciones la autonomía administrativa en la dirección de su personal. Estas asignaciones discrecionales de los presupuestos han tenido severas consecuencias.
Al no recibir partidas para funcionamiento, las universidades y los centros de investigación han cerrado la mayor parte de sus laboratorios y muchos de los programas de formación de estudiantes, tanto de pregrado como de postgrado, han sido suspendidos. Como ejemplo, está el cierre técnico de casi todos los postgrados de ciencias básicas en el país. Las consecuencias son y serán devastadoras.
Se está consumando la ruina de la actividad formativa y de investigación, sobre la base de negar los recursos que por derecho les corresponden a las universidades autónomas, los institutos de formación científica y las Academias nacionales como espacios históricos donde fluye el pensamiento creativo, crítico y aleccionador, donde converge el debate de las ideas y se produce la síntesis de aquellas que convocan a la unión y bienestar de los venezolanos.
Otra variable económica que ha actuado de forma impactante contra las instituciones académicas es el paupérrimo salario que devengan profesores, empleados y obreros.
Por supuesto, afirman, nada diferente a lo que ocurre en el contexto nacional y que es reflejo de la inmensa caída de 80 % del PIB desde el 2014.
“Este salario, la carencia de protección social y la falta de recursos económicos para desempeñar sus tareas han sido las razones principales de la renuncia a sus cargos y el abandono del país de un porcentaje significativamente alto de profesores e investigadores, así como también del resto de trabajadores”.
Suman a esta realidad, “el bajo monto de las becas para estudiantes, quienes han tenido que emigrar en busca de lugares apropiados para su formación. La política desarrollada frente a las instituciones científicas, tecnológicas y humanísticas ha actuado dramáticamente en contra de la estabilidad social y del progreso económico del país”.
Las sociedades educadas y con elevados conocimientos científicos y humanísticos, reflexionan, son el soporte fundamental del avance de las naciones y de la humanidad.
Una vez más, reiteran, las Academias hacen un llamado a las autoridades nacionales para que revisen y reconduzcan las políticas que tanto daño han causado a todas las instituciones del conocimiento.
Este exhorto es un justo llamado a tomar conciencia de la irrefutable contribución de estas instituciones a la constitución de una sociedad dotada de medios intelectuales para superar las trabas al desarrollo y bienestar de la nación.
Suscriben el documento:
Dr. Horacio Biord Castillo, presidente de la Academia Venezolana de la Lengua; Dr. Ismardo Bonalde, presidente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales; Ing. Eduardo Buroz, presidente de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat; Dra. Carole Leal Curiel,dDirectora de la Academia Nacional de la Historia; Dra. Sary Levy Carciente, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas; Dr. Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina y Dr. Julio Rodríguez Berrizbeitia, presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
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