En Venezuela está amenazada la propiedad privada. No a nivel legal, ni económico, ni social. Está amenazada a nivel político y como en nuestro país tenemos un Estado hegemónico que solamente atiende al interés político de perpetuar a una persona en el poder, esta amenaza política contra la propiedad privada se convierte en algo que desborda lo legal, lo económico y lo social.
Expliquemos estas aparentes contradicciones. El Derecho al uso, disfrute y disposición de bienes privados está consagrado en nuestra Constitución. Tiene de esta manera la propiedad privada el máximo soporte legal posible. En Venezuela funciona, con todo y el establecimiento de controles, una economía de mercado donde a diario bienes y servicios son objeto de un intercambio comercial fluido y masivo. Y en tanto a nivel social la propiedad privada está establecida como un paradigma relacionado con el trabajo y el esfuerzo, aserto que quedó perfectamente demostrado con la victoria del NO contra la Reforma Constitucional propuesta por el Presidente Hugo Chávez en el 2007.
Pero no obstante este mapa de condiciones sustentables para la propiedad privada, existe desde el Gobierno Nacional una intención de control absoluto de la sociedad que tiene entre sus contenidos esenciales la perpetuidad de la misma persona en el cargo de Presidente de la Republica. El principal escollo que ha encontrado este plan o propósito hegemónico ha sido una resistencia ciudadana que se apalanca o sostiene sobre la plataforma de la economía privada, en tanto que a nivel del sector público de la economía existen mecanismos de control y presión que anulan toda disidencia política.
De esta forma tenemos que el alto gobierno se maneja frente a este problema con un esquema militar de ataque, repliegue, ablandamiento y nuevos ataques. Como gran marco situacional de esta estrategia le ha puesto nombre a sus planes, Socialismo del Siglo 21. Con este eslogan, no pasa teóricamente de ese nivel, ataca selectivamente a personas y núcleos económicos donde ubica los mayores niveles de resistencia. Basta hacer memoria descriptiva de rescates, confiscaciones, expropiaciones o cualquier otro tipo de enajenación, para comprobarlo.
Para el éxito de esta avanzada el gobierno cuenta como aliado con la posición pasiva de muchos de los perjudicados, quienes imaginan que jugando al bajo perfil pueden evitar o desviar la dirección de medidas oficiales en su contra, sin observar que es la defensa firme del derecho a la propiedad a nivel mediático lo único que ha contenido un mayor y más profundo despliegue del gobierno sobre la propiedad de los medios de producción. Precisamente porque las elites del oficialismo saben que sería peligroso socialmente desconocer de manera tajante y absoluta el Paradigma consensual que resguarda este derecho.
Otro aliado gubernamental es la carencia que existe a nivel de algunas empresas y grandes propietarios de la aplicación de normas éticas. El ciudadano de a pie durante décadas ha sido víctima pasiva de especulación, sobreprecio, carteles, cobros indebidos y otra serie de irregularidades que inciden directamente contra su nivel de vida. Al gobierno accionar mecanismos orientados a remediar estas distorsiones gana puntos con las mayorías y aprovecha para adelantar en sus planes de control político sobre la economía.
En resumen, el gobierno avanza gradualmente, por etapas, por el camino de un mayor control social dentro del cual implica un progresivo desconocimiento de la propiedad privada, derecho natural convertido en derecho positivo en la Constitución de USA de 1775, en la Declaración de Derechos de la Revolución Francesa en 1789 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Y esto no es especulación oposicionista, es solamente la correcta lectura de lo dicho y escrito por el Presidente de la Republica que aspira y lucha por imponer un “socialismo duro” en Venezuela, tal y como existe en Cuba. De esta forma los rescates sobre la propiedad predial, la sustitución de empresas por comunas, tiene que entenderse como la parte inicial de un plan que debe conducirnos a la instalación en Venezuela de un régimen socialista, sin medios privados de producción, sin economía de mercado y con una propiedad privada circunscrita a los enseres personales.
Esta visión de país es solamente compartida por un 15 por ciento de venezolanos, por decir una cifra exagerada. El Presidente Chávez lo sabía y se dio tiempo para avanzar según el antiguo consejo leninista de dos pasos adelante y un paso atrás. Maduro aplica actualmente la misma estrategia mediante la creación de una burbuja consumista que apenas involucra a un 10 por ciento de la población, ya que la pobreza en nuestro país según cifras de Encovi alcanza el 90 por ciento de los venezolanos, una minoría que sobrevive y una inmensa mayoría que literalmente muere de hambre..
La cuestión es que se pueda transmitir con eficiencia comunicacional las intenciones que subyacen debajo de estos procedimientos, los cuales tienen expresión perfecta en unas leyes comunales que el régimen aprobó, como un paso hacia adelante y aguarda el momento preciso para imponerlas coactivamente a una sociedad que las puso en el olvido.
Explicar, justificar, legitimar la propiedad privada como fundamento de la Democracia y como plataforma esencial para la subsistencia material, es uno de los objetivos del Movimiento DECODE, dentro de su misión central que es defender la Constitución y la Democracia. Dios con nosotros.
Jorge Euclides Ramírez
