Esta semana el Observatorio Venezolano de Violencia en Lara, (OVV) publicó la actualización de su informe en la entidad y, entre otros datos, destacó que el robo a la propiedad privada pasó de realizarse en las zonas élite de Barquisimeto, a perpetrarse en las zonas populares, donde encuentran objetos para abastecerse de servicios públicos como bombonas de gas o tanques para almacenar agua.
En el informe del OVV, el coordinador de esta organización en Lara, sociólogo Carlos Meléndez, expresa que este tipo de robos dejó de concentrarse en urbanizaciones de quintas en los sectores élites de Barquisimeto y se trasladó a robos en las casas de los barrios pobres, donde se sustrae comida, bombonas de gas y tanques de agua.
Así como cambió la forma de practicar estos robos en la entidad, Meléndez explicó que también en la calle se hizo menos común el robo de los zapatos, relojes y prendas de marca y, al contrario, proliferó el robo de bolsas de comida que la gente llevaba en sus manos.
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«Este último cambio afectó en forma descendente, el número de homicidios con intención de robo que era de los de mayor frecuencia en la entidad”, agregó Meléndez.
Datos
Según el informe de violencia publicado por el OVV en Lara:
- El 71% de las víctimas eran hombres, de los que el 57% tenían entre 15 y 34 años de edad.
- 38% de los delitos cometidos en 2021 fueron agresiones (incluye lesiones graves o leves)
- 22% de los delitos fueron homicidio intencional y 19% fueron robos.
- El 40% de los hechos delictivos se cometió con armas de fuego, mientras que el 28% con objeto cortante o punzante, el 50% fue por proveho ilícito y el 20% de los delitos fueron basados en género.
- De los victimarios, el 46% pertenece a la delincuencia común y el 28% son familiares o conocidos de las víctimas.
Sobre las muertes violentas en Lara
Respecto a las muertes violentas ocurridas durante el 2021 en Lara, Carlos Meléndez opina que la permanencia de este tipo de decesos refleja la permanencia de un problema estructural.
“En 20 años de historia del nuevo mileno, nos hemos ubicado entre los estándares de una sociedad mediana y altamente violenta. Entramos a la segunda década del siglo XXI y a pesar de la disminución del delito y nuestra posición entre los estados del país con menor incidencia de letalidad, no escapamos del impacto cotidiano que vulnera nuestro derecho a la vida y a la integridad física”, comunicó el sociólogo.
Meléndez, quien también es profesor universitario, sostuvo que la seguridad institucional necesaria para la garantía de la justicia no existe en la entidad y agregó que la disminución de algunos delitos no genera las condiciones que hagan sostenible la paz y la convivencia ciudadana.
A juicio de Meléndez, la crisis el Estado ha competido con el crimen para garantizar el control, sin el obligatorio cumplimiento de la ley. «La extorsión judicial, policial y carcelaria es un indicador de esta competitividad en la que los más vulnerables terminan con mayores afectaciones”, dijo.