Inglaterra retiró este jueves la mayoría de las restricciones implementadas para combatir el coronavirus, luego de que el gobierno británico determinó que la campaña de vacunas de refuerzo ha logrado reducir los síntomas y las hospitalizaciones.
A partir del jueves ya no será necesario ponerse la mascarilla en ninguna parte en Inglaterra, ni presentar una constancia de vacunación antes de entrar en sitios con clubes nocturnos. Otras regiones del país, como Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que tienen autonomía en cuanto a sus medidas sanitarias, también han relajado sus restricciones.
Aunque las infecciones continúan disminuyendo, los funcionarios de Salud dijeron que la ómicron seguía prevaleciendo en todo el país, especialmente entre los niños y los ancianos. Algunas tiendas y operadores de transporte público dijeron que seguirán pidiendo a las personas que se pongan las mascarillas. Todavía se requerirán cubiertas faciales en los autobuses y trenes subterráneos de Londres.
El gobierno también derogó su recomendación de que la ciudadanía trabaje desde casa y de que los alumnos en las escuelas tengan puesto el cubrebocas. A partir de la semana próxima también serán derogadas las limitaciones a las visitas a los hogares de ancianos.
Inglaterra no es el único lugar de Europa que está eliminando dichos controles. Holanda ordenó el miércoles la reapertura de bares, restaurantes, museos y teatros por primera vez en un mes. Ello en momentos en que las infecciones han aumentado en ese país, aunque los traslados a unidades de cuidados intensivos han disminuido.
En Dinamarca, el gobierno decidió que a partir del 1 de febrero quedarán abiertos los restaurantes, museos y clubes nocturnos y ya no será obligatorio ponerse la mascarilla.
La aplicación del llamado “Plan B” en Inglaterra empezó a inicios de diciembre para evitar que la contagiosa variante ómicron abrume al sistema de salud y a fin de hacer tiempo para que la población se ponga la vacuna de refuerzo.
El secretario de Salud de Reino Unido, Sajid Javid, declaró que la campaña de vacunación, la aplicación de pruebas y el desarrollo de tratamientos antivirales ofrecen “algunas de las defensas más fuertes en Europa” y permiten “un retorno cauteloso” a la normalidad.
Sin embargo, añadió que “en estos momentos en que aprendemos a vivir con COVID, tenemos que estar claros en que este virus no se irá”. Si bien las infecciones continúan disminuyendo, las autoridades sanitarias advierten que la ómicron sigue al acecho, especialmente entre niños y ancianos.