Según encuesta realizada por el Observatorio de Universidades sobre las condiciones de vida de la población universitaria, 8 de cada 10 docentes de 60 años de edad o más sufre de enfermedades crónicas y a 9 de cada 10 se le dificulta adquirir medicamentos. A esto se suma la desgarradora cifra según la cual un 35% de los jubilados come menos de tres veces al día.
Al menos un tercio de los adultos mayores se encuentren en condiciones de vulnerabilidad extrema y dentro del grupo de profesores y profesoras universitarias venezolanas de 60 años o más de edad, alrededor de un tercio está afectado por la emergencia humanitaria compleja, y la COVID-19 ha generado daños más profundos.
Según la Enobu 2021, dentro de ese grupo hay un 35% que come menos de 3 veces al día y otro 35% que no recibe ningún ingreso extra respecto de su salario del Ministerio de Educación Universitaria. Asimismo, 26% tiene más de 3 años sin hacerse un chequeo médico o examen de rutina y 21% nunca logró comprar sus medicamentos.
Los adultos mayores, han tenido que cargar con las secuelas físicas y emocionales de la emergencia humanitaria compleja, tanto por los efectos materiales como psicológicos, dejados entre otros, por la migración forzada y sus desencadenantes en la familia. En la misma Enobu 2021 se evidencia que los ancianos son de los que sienten en mayor medida la emoción de tristeza (46%).
El salario de un profesor titular en Venezuela, si se jubila con el 100% de lo que ganaba, está entre los 9,5 dólares y 11,2 dólares al mes, el más bajo de Latinoamérica y el Caribe.
En Haití, el salario mínimo de un docente universitario es 650 dólares y en El Salvador, 500 dólares mensuales. La Canasta Alimentaria para una familia de cinco integrantes, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, costaba para noviembre pasado 343,75 dólares.