Por Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com
A pesar de no estar indicado en la práctica médica, se observa que pacientes venezolanos con COVID-19 leve, moderado o severo, “presentan tratamiento con antibióticos que se encuentran en protocolos en desuso como la azitromicina”, advierte un estudio descriptivo observacional.
Los resultados están contenidos en el artículo original, Uso inapropiado de antibióticos en pacientes con infección por SARS-COV-2, publicado en Pulmón (julio-diciembre 2021), revista oficial de la Sociedad Venezolana de Neumonología y Cirugía Torácica (Sovetorax).
La autora es la Dra. Lilibeth A. Merlo Lara, médico cirujano egresada de la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA) y médico residente de Emergencia y del Equipo COVID-19 de la Clínica Razetti Barquisimeto, quien señala que el estudio buscó “evidenciar el uso de antibioticoterapia como tratamiento empírico en pacientes con infección por coronavirus SARS-CoV-2, previo a su ingreso al centro de salud, en cualquier estadio de la enfermedad”.
De igual modo, “establecer tipo de antibióticos empleados como tratamiento de la COVID-19” y “uso de terapias combinadas con antibióticos como tratamiento de COVID-19”.
Estudio descriptivo observacional
La investigación consistió en un estudio descriptivo observacional de corte transversal, durante el lapso de agosto del 2020 hasta marzo del 2021.
Tomó como población a todos los pacientes que acudieron a consulta de la emergencia de la unidad COVID de Clínica Razetti de Barquisimeto.
“Se registró un total de 238 pacientes, de los cuales 85 pacientes refirieron el uso de antibióticos de manera empírica (36%), 97 pacientes refirieron no usar antibióticos previo al ingreso a emergencia (41%), y 56 pacientes no recuerdan qué tratamiento recibieron inicialmente (23%).
Entre los pacientes que refirieron uso de antibióticos se estableció que 58 pacientes (66%) utilizaron monoterapia antibiótica, de los cuales 43 pacientes (74%), utilizaron tratamiento con azitromicina, 24 de los pacientes (27%) que consultaron presentaron biterapia antibiótica combinando azitromicina con levofloxacino en 35%.
“Conociendo que esta enfermedad es causada por un virus, se ha demostrado que un porcentaje elevado de pacientes son tratados con antibióticos para curar o proteger de infecciones secundarias durante la estancia hospitalaria o previo a su ingreso, generando una interrogante que debe ser aclarada, ¿el uso de antibióticos reduce la tasa de mortalidad o debilita la respuesta inmune de los pacientes con dicha infección?
Si bien las características clínicas de los pacientes con COVID-19 pueden confundirse con neumonía bacteriana, y su tratamiento empírico es una hipótesis razonable cuando el diagnóstico es incierto.
Sin embargo, existen discusiones sobre el uso de la terapia con antibióticos para el tratamiento de pacientes con COVID-19 sin evidencia de infección bacteriana”.
El “desconocimiento del tratamiento” y “la premura que la pandemia acarrea”, lleva al Ministerio Popular para la Salud de la República Bolivariana de Venezuela a establecer “una guía para el manejo del tratamiento del paciente, en la cual recomiendan el uso de la azitromicina como antibiótico de elección en paciente sintomático leve.
Conociendo que los macrólidos, especialmente azitromicina, poseen propiedades antiinflamatorias inmunomoduladoras y antifibróticas perfectamente demostradas en entidades crónicas como fibrosis quística, panbronquiolitis difusa o asma, permiten justificar su uso en diversos estudios clínicos en pacientes con COVID-19.
Pero el estudio RECOVERY demostró que la azitromicina no disminuye la mortalidad a 28 días, los días de estancia, ni la progresión hacia el uso de ventilación mecánica, por lo que su uso queda restringido al tratamiento de neumonías bacterianas asociadas y de acuerdo a la epidemiología local”, detalla el artículo.
Efectos adversos de la azitromicina
El estudio resalta algunos de los efectos adversos que se evidencian por el uso inapropiado de azitromicina y que ya están demostrados:
• Inducción a la resistencia bacteriana.
• Infecciones e infestaciones micóticas por cándidas, infecciones vaginales, bacterianas y digestivas.
• Leucopenia, neutropenia, eosinofilia, trombocitopenia, anemia hemolítica.
• Angiodemas, reacciones anafilácticas.
• Anorexia.
• Elevación de las transaminasas hepáticas, urea, creatinina y glicemia.
• Disminución del hematocrito “
La investigadora argumenta con base en los estudios previos que la covid-19 es una infección vírica “que no se trata ni previene con antibióticos”.
En el estudio se hace “un llamado al gremio médico a darle valor a la medicina basada en evidencia, no a la experiencia, a recordar que los antibióticos no son fármacos inocuos, que la enfermedad por SARS-Cov-2 es viral, y que un porcentaje inferior al 5% presenta complicaciones por infección bacteriana que por lo general son los pacientes con enfermedades graves en unidades de cuidado intensivo que ameritan soporte ventilatorio invasivo y cuentan con comorbilidades”.
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