Cuando Diosdado Cabello, en su condición de vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, amenaza con tener la lista de todas las personas que piden el referendo revocatorio al mandato de Nicolás Maduro, para eliminar sus derechos, está actuando como un individuo sin formación política, arbitrario, ejemplo de barbarie.
Es descabellado su propósito de volver a hacer una nueva lista Tascón, manifestó el doctor Joel Rodríguez Ramos, abogado constitucionalista al formular sus declaraciones a Elimpulso.com.
Recordó que la tristemente célebre lista Tascón, conformada por el ya desaparecido diputado Luis Tascón, tuvo como objetivo discriminar por completo a las personas que solicitaron el revocatorio contra Hugo Chávez, quien mandó a “enterrar” dicha lista cuando ya está había hecho todo el daño a millones de personas.
También se recuerda que el entonces ministro de salud de Chávez, Róger Capella, fue el primero en utilizar el término de “acto de terrorismo” a los adversarios al régimen. Desde entonces, todo lo que sea crítica a esta administración chavista madurista tiene esa connotación.
El doctor Rodríguez Ramos manifestó que no extraña la posición de Cabello, porque éste desconoce la Constitución como también la desconoce el propio Chávez.
Cabello ya en el 2016 había dicho que aquí no habría diálogo con la oposición, ni mucho menos referendo revocatorio.
Ahora públicamente ha dicho que solicitará al CNE la lista de quienes pidan el revocatorio contra Maduro, como una forma de amedrentar a su propia gente que igualmente está descontenta con este régimen y que percibe algunas dádivas a través del carnet de la patria.
El doctor Rodríguez Ramos declaró que uno de los artículos que se viola con las palabras de Cabello es el número 62, que garantiza a todos los ciudadanos a participar en los asuntos públicos.
Este individuo está viviendo como si estuviera en la prehistoria, como el personaje de la historieta Trucutú, que andaba con un inmenso garrote para destruir todo a su paso. No entiende nada de convivencia política, ni mucho menos de lo que contiene la Constitución. Con razón, detesta el diálogo. Es descabellado todo lo que dice.