Las autoridades sanitarias de Chile delegaron en los contagiados con COVID-19 la responsabilidad de avisar a sus contactos cercanos sobre su infección para que se aíslen y se hagan pruebas, a pesar de la oposición de las comunidades científicas y médicas a la medida que rige desde este jueves en ese país.
La Subsecretaria de Salud, María Teresa Valenzuela, dijo que la disposición busca “llegar rápidamente y de manera eficiente a los casos confirmados”, porque debido al fuerte incremento de nuevos casos, “no es sostenible en ningún sistema de salud del mundo (su búsqueda)”. Aseguró que “de ninguna forma dejaremos de hacernos cargo de los casos positivos de COVID-19”.
Hace una semana Chile registró casi 7.300 nuevos infectados y en las últimas horas subieron a 12.500, superando el máximo de 7.171 contagiados en abril del año pasado.
El doctor Mauricio Canals, académico y magíster en bioestadísticas de la Universidad de Chile, señaló el jueves que la trazabilidad “siempre” es responsabilidad de la autoridad, idea compartida por el médico y diputado Juan Luis Castro, que agregó que “esto no es otra señal que ‘tirar la toalla’ (renunciar) antes de tiempo, y es un acto de negligencia inexcusable para el momento epidémico que estamos viviendo”.