Tres de las islas más pequeñas de Tonga sufrieron graves daños por olas de tsunami, según dijeron el miércoles autoridades y Cruz Roja, conforme empezaba a conocerse la destrucción causada por la erupción de un volcán submarino cerca de la nación insular del Pacífico.
Las comunicaciones llevan caídas en el país desde la erupción del sábado, pero un barco llegó el miércoles a las islas exteriores de Nomuka, Mango y Fonoifua y reportó que quedaban pocas viviendas en pie después de que olas de 15 metros (49 pies) golpearan las zonas habitadas, indicó Katie Greenwood, responsable de la delegación en Pacífico de la Federación Internacional de las Sociedades de Cruz Roja y la Media Luna Roja, que tenían a dos personas en el barco para ayudar a evaluar los daños.
“Durante la noche se ha conocido información muy desafortunada sobre las tres islas que nos preocupaban: que todas han sufrido consecuencias devastadoras por estas olas”, dijo a The Associated Press en una entrevista desde Fiyi. “La mayoría de las estructuras y viviendas en esas islas han quedado totalmente destruidas”.
Todavía no estaba claro qué asistencia necesitaba o quería Tonga de la comunidad internacional. Otro factor que complicaba las cosas era la preocupación del país por la posible propagación del COVID-19, que ha logrado mantener fuera de sus fronteras salvo por un caso reportado de un viajero de Nueva Zelanda en octubre.
Tonga ha expresado su deseo de una ayuda “casi sin contacto” como precaución, dijo Greenwood, admitiendo que esto complicaría los esfuerzos pero era comprensible en plena pandemia.
“De verdad no quieren cambiar un desastre por otro”, señaló.
En torno al 60% de los 106.000 habitantes de Tonga ya ha recibido dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 y casi el 70% ha recibido al menos una, según Our World in Data.
Anticipándose a las necesidades del país, Nueva Zelanda ya ha enviado dos barcos. Uno lleva 250.000 litros (66.000 galones) de agua y una planta desalinizadora con la capacidad de producir 70.000 litros más (18.492 galones) al día. Otro lleva un equipo de prospección y buceo para ayudar a evaluar los daños en canales navegables, puertos e infraestructuras costeras.
Se esperaba que tardaran entre tres y cuatro días en llegar, aunque una estimación apuntaba a que podrían llegar el viernes, dijo Peeni Henare, ministro neozelandés de Defensa.
“No sabemos cómo están las rutas de navegación, de modo que por supuesto queremos proceder con un poco de cuidado conforme nos acercamos a las islas de Tonga”, explicó.
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