«Cualquiera con poder e impunidad puede transformarse en una bestia»
Isabel Allende
Queridos estudiantes y amables lectores seguidores de este dossier del Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista. Detrás del malvado depredador social hay mucha gente encubierta cometiendo delitos con él. Es un consorcio criminal. Cada una de las referencias que aquí haré seguramente las trataré por separado en artículos autónomos por la complejidad y extensión de las perversiones que estas personas son capaces de llevar a cabo y para poder explicitar en un lenguaje llano, los conceptos y principios que las dimensionan y las caracterizan.
Tal como el psicópata integrado está encubierto usando disfraces acomodaticiamente haciéndose pasar por la persona que no es, para poder mimetizarse en sociedad y lo crean un hombre bueno; pero además que piensen que es una persona empática y lograr que lo acepten sin despertar sospechas de que es un depredador social, de igual modo hay mucha gente encubierta detrás de él que procura mantenerlo a salvo para proteger sus negocios sucios de corrupción y malandrajes. Lo encubren en esa cadena de delitos de todo orden con tal de mantener a salvo los negocios que están detrás de una empresa social lícita y legal, pero que a ellos les sirve de mampara – también encubierta — para mantener una red delincuencial a salvo. Es una mafia organizada pero que quiere pasar de bajo perfil.
Profesor, me inquiere un estudiante ¿por qué el Coronel psicópata es un depredador social? Y entonces le hablo del símil que hacemos con los depredadores salvajes. En primer lugar debes saber qué es un depredador salvaje. Se trata de un animal que se alimenta de otras presas que caza y mata de manera activa. Un depredador salvaje es un animal. En la selva el león, el tigre o un aligátor, en fin cualquier depredador, que se camufla y de manera sigilosa y sobre segura, busca una presa y la caza para saciar su hambre. El depredador salvaje hace uso del factor sorpresa para atacar, con sagacidad y velocidad a la vez que selecciona a la presa más vulnerable para destrozarla, se aprovecha del entorno que le favorezca y de los desprevenidos animales y con sus garras y sus afilados dientes y uñas les destroza la carne y les quita la vida. Solo imagínate y recrea el mundo salvaje donde incluso los depredadores atacan en grupo o en manada para lograr dominar y acabar con la presa que han seleccionado si les ofrece resistencia de alguna manera. Algunas veces los depredadores salvajes usan un encanto para distraer a sus presas, algún artilugio natural para lograr capturarlas mientras están embobadas, de modo que las embaucan hasta su muerte.
De igual manera el psicópata que por su distinta naturaleza es un depredador pero social, con problemas en su amígdala cerebral y sus asimetrías, que hace uso de múltiples mañas y ardides para lograr sus propósitos en la sociedad humana de la cual forma parte, manipulando el entorno donde se expresa, trabaja y despliega su actividad cualesquiera que ella sea y donde persigue y en efecto logra devastarlo y cambiarlo a su antojo , desplegando su tortuosa habilidad delincuencial. Se trata de un ser humano, hombre o mujer, niño, adolescente o adulto; pero en fin un animal político – Zoon politikón– como diría Aristóteles. Pero que igual al depredador salvaje, es sigiloso, espera los momentos oportunos, se camufla para integrarse en la sociedad para no ser descubierto, es artero, detecta las presas humanas vulnerables para atacarlas y destruirlas, en el caso de las instituciones detecta sus flancos débiles para saquearlas y desprestigiarlas y hacer con ellas lo que a su mente criminal se le antoje y entonces robar, desvalijar, malversar, dilapidar fondos, bienes o intereses e incluso violar los derechos humanos o cometer todo tipo de crímenes. Y al igual que los depredadores salvajes, puede formar bandas o redes criminales, apoyarse en grupos y aprovecharse de la ingenuidad de la gente empática, para dominar su entorno o su campo de acción, burlándose de la credulidad de otros. El psicópata como depredador social al igual que el depredador salvaje actúa sobre seguro y cuando ha estudiado el terreno para lograr el éxito de sus planes de devastación o depredación, que siempre son actos criminales, como en contra de las leyes, de la moral, de la ética y de los usos sociales. También los depredadores sociales usan un encanto para distraer a sus presas, algún artilugio natural para lograr capturarlas mientras están embobadas y así las engañan, de modo que las embaucan hasta apoderarse de ellas , o destruirlas, o apropiarse de manera camuflada de los bienes que ilegalmente procura del patrimonio de alguna persona natural , o del giro legal de una empresa o institución social. El psicópata como depredador social escoge entre sus víctimas generalmente a personas a las cuales él envidia, o que tienen talentos o habilidades que él no posee, prefiere gente a la que él ve como débil y vulnerable pero a veces se equivoca y consigue la horma de su zapato, como cuando en la selva al depredador salvaje se le escapa la presa porque la presa a su vez ataca a su depredador o se defiende.
Su falta absoluta de empatía, su inmunidad emocional, su incapacidad para establecer relaciones afectivas sinceras y reales con los demás, y la ausencia total de remordimientos y culpabilidad convierten a los psicópatas en peligrosos cazadores de seres humanos.
Pues bien, hay asuntos que riñen con las leyes y con toda norma que se imponen los hombres para que las relaciones marchen como deben ser en armonía en una sociedad decente. Y en el caso que nos ocupa este Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista se hace de sus monos voladores. Recuerden en el mago de Oz como la bruja malvada tenía sus esclavos, lacayos, cómplices, correveidiles que son sus monos voladores, sus lame suelas; de igual modo este tipejo tiene sodomizado a un grupo de personas que le sirven de coartadas y lo protegen y lo respaldan para que siga impunemente cometiendo criminalidad en la institución. Pues bien estas figuras y lo que representan son tomadas por la psicología para referirse a los cómplices, ayudantes y colaboradores del psicópata, o sea son sus monos voladores.
El psicópata y en este caso el Coronel psicópata, narcisista licántropo y voyerista, tiene como concubina de ocasión a una mona voladora entrenada, una mujer que la llaman la Borracha y que al igual que toda psicópata luego de múltiples relaciones con hombres empáticos termina siendo la barragana del psicópata narcisista, aun cuando continúa con otras relaciones porque es promiscua como todo psicópata. Recuerden que la mujer psicópata que prefiere a los hombres como parejas, se inclina a tener como mancebo fijo a un hombre psicópata, hasta donde le convenga. De modo que tal para cual, ladrona y ladrón se juntaron, o tramposa y tramposo se aliaron. Pero ambos por su incapacidad para establecer relaciones afectivas sinceras mantienen su conexión por los dólares que se meten a la bolsa producto de la corrupción. En la familia disfuncional de la Borracha, ella ha expresado que mantendrá la relación hasta expoliar la institución al máximo con las estrategias de la mente perversa y corrompida de su canoso Coronel. Luego de usarse mutuamente y de haber cometido todos los delitos que su circunstancial posición les permitan, seguro se disolverá esa estratégica alianza criminal. Y como todos estos personajes macabros, junto con Sussana son analfabetas espirituales.
Hay una estrategia harta utilizada por los psicópatas y en el caso de estudio no es distinto. El Coronel psicópata narcisista al verse acorralado por las evidencias, arremete contra sus víctimas endilgándoles a ellas lo que él hace en contra de ellas. Todo lo voltea a su favor y en desprestigio de sus víctimas.
Resulta que si el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista o alguno de sus monos voladores cómplices es capturado cometiendo delitos , entonces se las ingenia para atacar a la víctima aludiendo que el delincuente se convirtió en delincuente porque la víctima lo hizo un delincuente ; o dicho de otro modo , los delincuentes son delincuentes por culpa de sus víctimas y en ese círculo vicioso pretenden limpiar la reputación de quienes son auténticos delincuentes y enlodar a las víctimas , para salir airosos de sus delitos. Claro está, el sentido común nos debe advertir que se trata de estratagemas perversas para engañar a huevones.
Imagínese nada más que luego de convertir en adicto a un joven de bien que por haberle creado dependencia, este se vea enfermizamente a la merced del consumo de sustancias ilícitas y entonces los productores y distribuidores de droga aleguen ser inocentes y que producen para beneficiar a tantos jóvenes que necesitan saciar su consumo mínimo. Nada más percátese de esta obscenidad, de esta barbaridad, de esta necrosis del alma, donde pretenden jugar con la mente humana y con los crédulos que aún se hacen los estúpidos, que prefieren justificar al delincuente antes que entender y salvar a la víctima.
Visto este razonamiento al revés, entonces si la Borracha psicópata concubina del también psicópata Coronel fuese colocada en alguna escena de un delito, y ésta haciendo uso de la oportunidad creada ex profeso en bandeja de plata, aprovecha para borrar huellas y cambiar evidencias, entonces por esta argumentación obscena de ellos que ya expliqué, resultaría que las maquinaciones y actos criminales de la Borracha serían culpa de la víctima de los delitos y no de la «segunda dama» y de su concubino felón.. Todo lo que hacen es para burlarse de la sociedad, de la ley y de la justicia y están amparados por otros sinvergüenzas.
Esta gente, la pareja psicópata y sus monos voladores son malas personas, juegan incluso con la necesidad de empleo de sus trabajadores. Si los trabajadores no se hacen los mudos, los ciegos y sordos de todo cuanto criminal y delincuencialmente acontece en la institución, entonces estos malvados se las ingenian para quitarles el pan de la boca y se ríen y se jactan de lo que hacen. Tener a un psicópata al frente de una institución social es el infierno para los trabajadores y el seguro desfalco de la corporación a través de ensuciar su nombre y aprovecharse de su legitimidad haciendo, actos ilegales, corruptos y criminales, escudándose en lo que parece honesto y legítimo; entonces la peor red de extorsión y corrupción llena los bolsillos de dólares y de euros a los anti-líderes y a los alcahuetas que se mantiene a salvo de la gente honesta –un mundo al revés – , porque si eres honesto no te dejan entrar a trabajar allí y si trabajas allí y eres honesto , te botan . O te callas o te botan. Y te aterrorizan y controlan tu mente para manipular tus acciones.
El psicópata y sus monos voladores han convertido la institución en un antro y en una Sodoma y Gomorra. Los delitos sexuales están a la orden del día. Si las víctimas se irguieran en dignidad y denunciaran como son violados y violadas, otra sería la situación. Cualquier tipo de delito y de suciedad que usted se pueda imaginar, se comete en la institución, y hay tanta gente disfrazada de correcta, cuando deben vestirse de cilicio.
La violación de los derechos humanos es común y cotidiano por parte del Coronel psicópata narcisista y voyerista y la pena y su severidad son altísimas al tratarse de un militar.
Supra Constitucionalmente, es decir; por encima de las constituciones y los ordenamientos jurídicos de cualquier estado, país o nación, se encumbran derechos perentorios o más tajantemente derechos imperativos. Derechos que no admiten ni la exclusión ni la alteración de su contenido. Son derechos de la humanidad y que la comunidad internacional reconoce y estatuye.
En tal sentido, cualquier acto que sea contrario a estos derechos perentorios o imperativos a los que se contrae el ius cogens, son declarados nulos y sometidos a la jurisdicción internacional para su tutela efectiva. Verbi gratia, en el supuesto que algún Estado no dispusiese en su respectiva Carta Magna o Constitución, el respeto a los derechos humanos y aun cuando no haya suscrito algún tratado o convenio internacional donde se adhiere a respetarlos, de igual manera imperativamente está obligado a hacerlo, en virtud del ius cogens.
Todos saben que eres un perverso y pervertido ladrón y criminal y eres tan caradura que te haces el huevón. Pero los ganchos suenan en tus muñecas Coronel, en la Borracha y en la Sussana. Tu pánico es de terror.
«Debemos tener fe en que la bondad puede prevalecer sobre la maldad, la honestidad sobre la corrupción, y la justicia sobre la impunidad».
Fernando Elizondo Barragán
Crisanto Gregorio León