“El riesgo más grande es no tomar ninguno. En un mundo que está cambiando tan rápido, la única estrategia que está garantizada a fracasar es no tomar riesgos.”
Mark Zuckerberg.
Cambiar no es fácil, hay que tener coraje, perseverancia y paciencia. De hecho, no se puede cambiar todo de inmediato o trastornar su negocio de la noche a la mañana. Para iniciar el cambio, debe construir el camino hacia el éxito poco a poco. No busque caminos fáciles o atajos, sino aumente la conciencia de lo que necesita y practique pequeñas acciones todos los días.
Por otro lado, si evitas enfrentarse a situaciones desagradables hoy porque hacerlo te pondría en una situación de conflicto, o te obligaría a enfrentarse realmente a un problema que te asusta, esto te creará más dificultades a largo plazo, incluso si en este momento parece la decisión más sabia. Muy a menudo sabes perfectamente que debes hacer algo, pero lo pospones, o finges no verlo.
Eso es como cuando un colaborador de tu negocio tiene una actitud negativa, o cuando no controlas la marcha de tu negocio y solo esperas la llamada del contador para pagar los impuestos, o no captas las señales de que las cosas en tu sector han cambiado y debes adaptarte.
Para superar todos estos momentos, se necesita fuerza de voluntad, que es la capacidad de resistir la gratificación instantánea para perseguir una meta a largo plazo.
La fuerza de voluntad también es una habilidad que se puede entrenar, contrarrestando los hábitos, coartadas y excusas que nos decimos para no hacer algo.
En este sentido los dos enemigos más peligrosos de la fuerza de voluntad son:
La estrategia de rendición, que se expresa en frases como “para mí es imposible”, “nunca lo lograré”;
La estrategia de escape, que es lo que te hace decir “¿de qué sirve superar mis dificultades? ¡Puedo evitarlos de todos modos!”.
Si diriges una empresa estás continuamente llamado a tomar decenas de decisiones, todos los días, en cualquier momento y esto es claramente una causa de estrés.
Tienes tantas cosas que hacer, a veces prefieres el “hago todo de inmediato”, aún sabiendo que el error está a la vuelta de la esquina, a veces en cambio te orientas más hacia él “pero sí, lo haré después”, y eso “ después de «Nunca llega y sigues posponiéndolo y todo se acumula a una velocidad increíble».
Definitivamente, Cada día eliges con qué comprometerte y a qué dedicar tu tiempo. Elige si ser un trabajador de tu negocio y ocuparte de decenas de actividades operativas o si centrarte en las pocas cosas que son realmente importantes para el desarrollo de tu negocio. Entrenar tu fuerza de voluntad te permite tomar mejores decisiones, dejar de posponer esa llamada telefónica, esa reunión o esa acción que en tu corazón sabes cuánto puede marcar la diferencia y acercarte a tus metas.
Italo Olivo
www.iolivo.com