#OPINIÓN Astronautas a-Divinos (Parte II) #17Ene

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…A los que bajaron de las nubes

Siempre he creído que existen dos tipos de jóvenes. 

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Los que buscan ser astrónomos y los que quieren ser astronautas, 

la diferencia está en que los primeros son felices estudiando 

todas las estrellas, planetas y constelaciones desde aquí, 

desde la tierra y los segundos quieren llegar a todos ellos. 

Yuri Gagarín

  1. El avistamiento y la desviación

Luego de la reunión se fueron a un local 24 hrs., donde comerían arepas y cachapas y se prepararían para algunos irse a casa y otros seguir la parranda navideña. Las misas de gallo aplazadas por pandemia se sustituyeron por exiguas concentraciones previa profilaxis, donde se congregaban los bebedores con aforo del 40 por ciento por eso de la bioseguridad, implementada para evitar la propagación de la nueva cepa viral omicron, más contagiosa.

Penny, Leonard, Howard, Berni, Rajsh, quedaron a beber miche para celebrarse sus intervenciones. No así Spock y Amy quienes optaron irse a casa del primero a ver la última versión de Dune con Zendaya en papel estelar de Guerrera Fremen. La trama del Imperio Galáctico contra las casas de poder del universo. La relevancia de la melange en los viajes hiperespaciales gracias a los gusanos de arena o Shai Hulud que la producían solo en el planeta de arena Arrakis o (Dune-Dunas)…Toda una trama para gigantes de la literatura y de la cinematografía moderna con sus efectos especiales y todo lo demás…

La madrugada nos alcanzó con el típico pacheco que desciende del cerro del Ávila o Guaraira Repano nombre usado como populismo por el ejecutivo para darle gusto a los exagerados del folclor y la naturaleza indígena y para engatusar a los más quebradizos de la sociedad apagada. A los Astronautas Ancestrales no le influenciaban falsas presunciones gubernativas. Tal vez asentaríamos cara de ¡no sé qué será!, pero darles crédito, jamás. 

A las cuatro de la madrugada el local empezó a despachar a los últimos clientes. A duras penas pagamos la cuenta, y fuimos al boulevard. Decidimos esperar el amanecer en el  Parque los Caobos observando el Parque Botánico (Patrimonio de la Humanidad)  ante la mirada de cordero a medio morir de borrachín que no saben en qué palo ahorcarse. Reímos al mismo tiempo por las caras de cretinos trasnochados, y porque veníamos de orbitar en las nubes del alcohol etílico. Borracho no es gente gritábamos cantando a riesgo de que viniera a meternos presos la autoridad local. Pero solo vimos, transexuales, ladrones, prostitutas, malvivientes y todo género de noctámbulos los cuales aullaron como licántropos y gritaron como seres de la dimensión desconocida. O tal vez como alienígena dentro de sí mismo que protestaba para contrarrestar el encerramiento humano y tener voz y voto en la mesa íntima.

Sin aviso y sin protesto, a esa hora donde las noches son más negras justo antes del amanecer, una luz nos alumbró sin dar tiempo sino para aterrarnos y enmudecernos. Por la mente no pasó nada coherente. Tal vez la policía nos rodeó por desvergonzados beodos de perinola, pero no había dinero para patrullas voladoras de paco, o para luces de otro mundo. Lo que falta era que surgieran tipos de ojos de catalana oscuros, cabezones y piel escamosa. 

Las luces se aproximaron tanto que emitían calor pero no calcinaban. Nos pusimos sobrios del susto ¿Qué hacer en esa realidad que sólo experimentas en la butaca del cine? ¿Cómo hablar sin usar labio, lengua, o cuerda vocal? ¿Quién va a creer que algo de otro mundo podría estar pasando frente a las narices y todavía dudar y hacer una estopilla de interrogantes a la vera del pasmo y la incredulidad?…La luz nos alzó directo con telepatía plena. Nos dirigió a la rampa que a decir verdad era como esa cinta movible con la que se despacha maletas del aeropuerto o quizá como se desliza algún Drácula sin tocar el suelo.

  1. La imprimación o abducción

Nadie se opuso o rechazó las luces si se quería revelar de alguna forma entendible o explicable, los hechos. Largamos a ritmo de juguete cibernético. Todos fuimos abducidos  en términos teóricos pero no memorizamos bien qué pasó. Lo que sí está en la memoria es un recinto con poltronas cómodas donde nos sentamos a ser revisados por un escáner de luz verde. Para nosotros fue un par de segundos terrícolas pero a la luz de la corona de linterna verde fueron como días, quizás meses o años comprimidos a un micro segundero terrestre.

Algo sucedió en la altura del espacio íntimo que nada fue igual desde aquél día. Lo mismo acaecía con los efectos de la pandemia. Hay un antes y un después. Eso más que una duda era la certeza sin forma de explicarse ni manera de entenderse. Una carga para el resto de la vida que ahora inviste tanto de alienígena como de humana. Para ese instante, aún con lo extraño, había instancias de la etología humana que empezaban a tener sentido, dirección y magnitud desde el ángulo que mires. Cosas como de madrugada comer algo dulce. Estar despierto en los ensueños. Tener ojos azules, aunque fueran castaños. Vivir sin esperanza, pero no desesperados. Actuar mucho mejor en la práctica y pensar sólo en lo necesario. 

Cavilar con cuidado y cuidarme de pensar mal, era vital para la calidad del vivir en empatía si bien no en colmena a partir de la imprimación. Los licántropos hacen eso. El mal pensamiento causa mal proceder, lección de otro orbe. El amar es el único bien que te mata y que se agota a la larga con toda esa especia o melange extraterrestre que la determina. Las reflexiones las teníamos todos de igual forma. Cómo puede pasarnos algo tan poco común y ser tan común para nosotros. Era un hecho, somos diferentes siendo iguales. A ver quién se mete en esa discusión. Dejé de pensar en el acto como mecanismo de control espontáneo producto de la homeostasis hormonal y de la imprimación salvaje alienígena por decirle así. Estaba seguro de algo mío que no sabría cómo entenderlo, mucho menos cómo explicarlo. 

Amaneció y los horizontes se expandían más allá de la atmósfera. Todos iniciamos un proyecto secreto para conquistar este otro mundo a favor de nuestros nuevos vividores que ahora nos sembraron desde otra galaxia. Nuestros genes al presente eran un combo de ADN local con ADN incógnito de las Pléyades. Si no es para tener en cuenta, qué lo es.

La sensación heterogénea tenía prerrogativas pero no iba de la mano localizarlas, al final hablamos de genes extra, no humanos. Noté que olfato, gusto, visión y tacto se sentían distintos. Olfateaba las feromonas de las mujeres a un lado y a distancia, sabía si estaban en celo, menstruando, o con ganas de tontear con un otro u otras. Ahora está claro que hay más géneros que solamente masculino y femenino. En la AA se discutían el influjo planetario en la evolución de las debilidades, sinvergüencerías y desvergüenzas de la conducta instintiva humana. 

Leonard y Sheldon se pronunciaban a favor de un método diseñado para ralentizar todo el proceso invasivo en la estructura cromosómica. Pero no tenían idea de qué rayos era eso de la estructura cromosómica, de los 4 nucleótidos combinados para formar los genes. Pero la ingeniería genética debería enterarse y actuar en consecuencia. U-C-G-T, se trata de Timina, Citosina, Guanina, Uracilo. Sonaba a la liga LGBT. Sheldor soltó una carcajada y vaya que no entiende nada de sarcasmos.

El asunto podía complicarse si había respuesta interna del invasor, huésped o tal vez parásito. Hay un miedo irracional y lo comparten invasor e invadido. Cada uno tiene todo que perder si el otro muere, o pierde funcionalidad. Entonces lo del androide no estaba lejos de lo posible. Las reuniones se extendieron y alcanzaron Reyes Magos. El tomador de pelo con casco de Dar Vader y modificador de voz exclamaba… ¡Melchor, Gaspar, Ba-a-saltar y se desmadró! todos carcajeamos hasta que corrió el maquillaje y los disfraces se sudaron. 

  1. El retorno del Rey

Con Carnavales arriba y Semana Santa por llegar, los desdoblamientos se hicieron cada vez más innegables. La época de la multisápida pasó junto a reyes magos y a razón de un nuevo swing entre terrícola y ¿huésped? La parte excitante por encima de todo el resto de las ventajas físicas, era la precognición. E incluso con buena concentración se podía usar telepatía inter pares. Esto era nuevo y nadie quería confiárselo al otro pero todos sabían que el resto también sabía. Saber a estas alturas no era nada gracioso. A veces es mucho mejor ser ignorante del cuadro dividido. No era un juego de ajedrez entre oponentes, era más bien una cooperación o coopetencia, y a veces una competencia introspectiva.                 

Disminuir la defensa no era una iniciativa para los imprimados. Había que ver más allá literalmente. Temerarios, indagar el futuro inmediato. Pero conocer el futuro inmediato podía ser terrorífico si se piensa en una guerra avisada o en el gobierno nacional. Que poco tiene de nacional y mucho menos de gobierno. Eso sí que era mirar el futuro del pasado o lo mismo sería decir, repasar el pasado sin observar ni pizca del futuro.  

Durante todo el año continuó el mutis pero a sabiendas de… Entró un apéndice extra en la polémica inter pares. El regreso del rey. Así llamaban a un nuevo contacto del tercer tipo con los señores del universo o en todo caso de otra galaxia o sistema estelar como las Pléyades según las certezas de los imprimados de la AA. No todos los miembros probaron el escáner verde, pero los del grupo de esa noche de encuentro, sí que lo testearon. Ese era el punto de inflexión para que las dudas solo fueran certezas de licantropías, o algo así.    

Las visitas al parque empezaron a ser parte de la rutina para ese encuentro probable entre los nuevos parientes genéticos. Eso sonaba descabellado pero no incierto. Las ansias se controlaban por un equilibrio generado por el equivalente a la melange que producía la hipófisis. Una hormona que también ponía los ojos azules lo que hizo a los imprimados inventar lo de los lentes de contacto color celeste como parte de la filosofía de los AA. Así pasaron coleados la realidad que atañía al color de ojos originales de nacimiento. Penny y Berni tenían ojos claros pero igual habían de colocárselos. Rajsh se veía exótico por su piel de canela, mientras Sheldor, Leonard y Howard estaban encantados pues odiaban tener ojos oscuros. Aquél día cumplía años Howard. El bromista se compró unos lentes de contacto rubí para parecer un Nosferatus enano adaptación renovada. La noche acababa siempre con la mayoría paloteada como decimos en criollo terrícola camino a los Los Caobos. Ese día supimos hormonalmente que debíamos ir al lugar acordado para un reencuentro. Cada vez que nos pasábamos de trago la hormona homeostática hacía su trabajo y la marea del licor bajaba en el acto. Al fin llegamos al lugar de siempre y nos acomodamos en las mismas bancas. Sheldor, yo-Leonard y Howard en una banca Penny, Berni y Rajsh en la otra.

En mitad de la monserga las luces verdes, propias del encontronazo inicial, fueron acercándose a velocidad inusitada. La calma fue total y extraordinaria al mismo tiempo. Sin sorpresas la nave descendió y nos alzó hasta sus predios. Nadie estaba inquieto o alterado. Ni siquiera hice preguntas. Había entendimiento telepático. Los verdes ésta vez surgieron ante nosotros altos, delgados, cabezones, escamosos, coincidente con Roswell. Nos miraron con ojos grandes y verdeazulados oscuros. Una simple comunión en estrechón de mentes y no de manos, bien podría decírsele así, en una interpretación intergaláctica, e inter e intra-especie de nebulosas colindantes ¿Quién iba creerse esta situación, y a quién le interesará comentarla? Las cartas estaban echadas. Los Reyes del cielo están de vuelta. El retorno del rey, aterrizó.

Marcantonio Faillace Carreño

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