Las autoridades de Beijing reforzaron las medidas de precaución tras documentar el primer caso de la variante ómicron en la capital china, apenas unas semanas antes de que acoja los Juegos Olímpicos de Invierno.
Tras el positivo anunciado el sábado, se hicieron pruebas a más de 13.000 personas y en todos los lugares visitados por el paciente en los días anteriores, según medios estatales. El complejo de apartamentos y el lugar de trabajo de la persona infectada quedaron aislados.
El paciente vive y trabaja en el distrito noroccidental de Haidian y no ha salido de Beijing en las últimas dos semanas, según medios estatales.
La capital, con sus 20 millones de habitantes, estudiaba endurecer las restricciones de desplazamientos, según indicaron el lunes medios estatales. Ya se han cortado todas las conexiones con Tianjin. Los vuelos internacionales se han reducido de forma drástica y los viajeros internos no pueden entrar si pasaron por un segundo lugar antes de llegar a Beijing.
El lunes no se reportaron casos nuevos en Beijing, aunque la cercana ciudad de Tianjin registró otros 80 casos en las 24 horas previas.
Los Juegos Olímpicos se inauguran el 4 de febrero, unos días después de que comiencen las celebraciones del Año Nuevo Lunar. Deportistas, funcionarios, trabajadores y periodistas tendrán que entrar en una burbuja sin contacto con el mundo exterior y hacerse pruebas diagnósticas diarias.
A partir del 22 de enero, la ciudad exigirá a los viajeros hacerse pruebas de ácido nucleico en las 72 horas previas a su llegada, según el diario Beijing Daily. Algunas escuelas de Beijing han cerrado antes de lo previsto y pasado a clases virtuales antes de las vacaciones de invierno.
Además, las autoridades en todo el país instaron a la gente a quedarse en sus ciudades por año nuevo en lugar de viajar a sus localidades de origen. También cerraron destinos turísticos como algunos tramos de la Gran Muralla, dentro de la política china de “cero COVID” que ha puesto a millones de personas en cuarentena.
La presión económica, logística y psicológica de esa política se ha vuelto cada vez más evidente, y crea tensiones sobre cuánto tiempo deben mantenerse las restricciones.
Tras tres semanas de aislamiento, la antigua ciudad de Xi’an parecía estar superando el bache y se levantaron las órdenes de confinamiento domiciliario en vecindarios declarados como libres del virus.
Xi’an, unos 1.000 kilómetros (600 millas) al suroeste de Beijing, tiene una población de 13 millones de personas y es un importante destino turístico por sus famosos Guerreros de Terracota. La ciudad ha reportado unos 2.000 contagios desde diciembre del año pasado.