Me siento inconforme. Tengo en mí haber todos los años del mundo, he vivido, he trabajado, he construido, he arriado las velas de mi barco, las he templado, las leves brisas me han acompañado en mi larga travesía como también las grandes tormentas, he llevado siempre conmigo las viejas cargas deliciosas, tuve hijos, he ganado y he perdido, en el amor mi frenético correr ha sido el de ir de allá para acá, soñando solo soñando, sin hallar perfecto arrimadero a mi barco…
Poco a poco sobre mis días va llegando entre crepúsculos y sombras la noche con sus estandartes, sus augurios, sus dolencias y lúgubres señales.
Me siento inconforme. Aunque mis pasos ya cansados saben que aun el día alumbra y calienta mi cabeza y que dentro de ella mis ideas siguen en pie, sin embargo, continúo obstinado caminando en la búsqueda de lo inhallable.
Lejos veo las quemas que calcinan la montaña y acá cerca de mi corazón ardiendo la esperanzadora antorcha de regresar un día a mi viejo terruño, a mi querido río y a esos paisajes que muestran todavía hermosos y recios ventanales que miran al poniente y sobre campo de gules la belleza del sol mañanero que sigue con su labor de alumbra esplendoroso las leyendas de mi tiempo ido…
Me siento inconforme. Se me acaba el tiempo, la historia sigue su marcha con paso seguro dejando las huellas, luchas, guerras y momentos de paz y libertad escribiendo, siempre escribiendo quien sabe hasta cuándo, mientras yo permanezco aquí viendo cómo ingresa la noche a mi tarde invadiéndola de tristeza, de nostalgia, de remembranzas, de sueños y recuerdos que guarda con celo mi torpe memoria repetida. A ratos siento que se me escabulla la fe.
Posiblemente lo único que posea en este momento sean las glorias de mi inteligencia fresca y clara todavía, aunque mi incertidumbre se empeñe en montar sobre mi horizonte todas las lejanías y vejeces de este mundo loco…
Me siento inconforme
Pise mis mejores flores, no las vi, pero percibí su perfume, me retire sin confirmar la belleza de mis siembras de amor, me fui de todo lo que hoy extraño y deseo regresar al tiempo que avanza y no retrocede… Voy de salida, acá se queda mi buena y generosa siembra, la infinita colección de mis recuerdos, de suspiros y también de olvidos. Sigo aquí clavado en mi capricho, prefiriendo el hermoso beso artesanal de ayer que desde siempre ha comunicado tanto a la vida y me ha acompañado sin perder el rastro que dejaron mis mayores…
Amanda N. de Victoria