Este año no hubo tantas restricciones en el pueblo de Santa Rosa para que los feligreses se acercaran a la Plaza Bolívar y pudieran sentir de cerca a la Divina Pastora, sobre todo en la semana previa a su recorrido hacia Barquisimeto.
Al igual que los fieles, a los vendedores también se les brindó la oportunidad de ofrecer escapularios, cadenas, imágenes, estatuillas, almanaques y demás objetos referentes a la Excelsa Madre de los larenses.
Varios fueron entrevistados por Elimpulso.com y la mayoría de ellos señaló que las ventas han estado bajas, aunque mucho mejor que en 2021 cuando no se les permitió laborar en el pueblo.
Entienden los comerciantes que el coronavirus ha afectado aún más la crisis económica que ya arrastraba Venezuela y por eso, entre sus peticiones a la Divina Pastora, está la salud para toda la población, el cese de la pandemia y que se pueda retomar la tradicional procesión.
Saben que, realizándose la peregrinación como en años anteriores, la visita de feligreses será mayor y podrán registrar más ventas.