La euforia del triunfo obtenido por la oposición unida, el pasado domingo 9 de enero, en Barinas, no ha tomado en cuenta el anuncio hecho por el abanderado del oficialismo, Jorge Arreaza, de que se impondrá el poder del régimen sobre el nuevo gobernador, Sergio Garrido.
Lo advierte el doctor Armando Sánchez, quien además de ser profesor universitario, fue gobernador de Amazonas y dos veces director de Salud en Barinas y desde hace mucho tiempo ha venido analizando la gestión del régimen chavista-madurista.
El antecedente de eliminar los diputados de Amazonas en el 2015 para impedir que la Asamblea Nacional tuviera mayoría absoluta, la anulación de las elecciones del 21 de noviembre del año pasado en Barinas con el fin de hacer un nuevo proceso en el cual la gente se abstuviera por desconfianza en el voto y lograr mantener la hegemonía en ese estado llanero, evidencian que este régimen no está dispuesto a dejar que la oposición actúe como lo establece la Constitución, ya que no estamos en una democracia sino en una dictadura.
El régimen considera a Barinas como su principal feudo político por ser la cuna de Hugo Chávez y que el partido de éste, el PSUV, haya estado durante veintidós años consecutivos dominando ese territorio, no lo va a ceder a la oposición.
Jorge Arreaza escribió dos frases que no han sido tomadas en cuenta todavía por esa oposición, que ingenuamente cree que va a poder gobernar como si estuviéramos en un ámbito democrático.
No lo va a hacer porque Barinas es su estado icónico y si el régimen ha colocado esa figura absurda de protectores en las gobernaciones que ha ganado la oposición, ¿por qué no lo va a hacer ahora en la cuna de Chávez?
Es posible que no sea Arreaza, pero éste al reconocer que no había ganado escribió en su Twitter la primera frase muy tajante: “no hemos logrado el objetivo.” ¿No son esas las mismas palabras que pronunció Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992?
Y la segunda es amenazadora y no oculta la intención del régimen de atar a Garrido de pies y manos para que nada haga: “seguiremos protegiendo al pueblo barinés desde todos los espacios”.
No hacen falta más palabras para comprender que lo dicho es que en ese estado, en Barinas, impondrán un protector, aunque Nicolás Maduro haya dicho antes de las elecciones del 21 de noviembre que no habría más protectores.
No hay que obviar que los gobernadores son agentes de Maduro y que éste está en manos de Maduro, quien puede hacer lo que se le antoje porque nada le importa violar la Constitución, como se ha venido haciendo, para que se ejecuten sus órdenes.
De modo, que los planes que tenga Garrido pueden ser muy buenos, pero si no dispone de los recursos, que dependen de la administración de Maduro, nada podrá hacer. Y es lamentable que esto pueda ocurrir porque el pueblo de Barinas, resteado como está, quería un cambio en la conducción de su estado. Votó con tal propósito. Pero, el régimen se burla del pueblo porque su intención no es servir a la gente, sino mantenerse perpetuamente en el poder. Y el ejemplo que tiene Maduro es Fidel Castro, por quien sentía tanta admiración que fue a Cuba, donde curso estudios en la escuela Ñico López, donde se preparan los cuadros del Partido Comunista de la isla. A ésta se le sigue enviando ayuda desde Venezuela y su embajador en Caracas influye en las decisiones gubernamentales.