El llamado al reinicio de clases presenciales que realizó Nicolás Maduro la noche del pasado sábado 8 de enero no fue acatado del todo por los alumos este lunes 10 de enero, sin embargo en un recorrido que reañizó Elimpulso.com por diversos planteles educativos se pudo evidenciar que el personal obrero, docente y administrativo sí se incorporó, aunque en algunos casos de forma parcial.
En ese contexto, el Grupo Escolar Cabudare, situado en la parroquia José Gregorio Bastidas, municipio Palavecino, retomó actividades hoy con menos del 10% del estudiantado, pues fueron los que asistieron este lunes. No obstante el personal obrero, docente y administrativo sí se encontraba en labores.
El mismo caso, pero sin estudiantes ocurrió en la Escuela Bolivariana Simón Rodríguez, situada en la urbanización La Puerta, de la misma parroquia de Palavecino, pero en esta institución esperan recibir a los alumnos para el próximo miércoles.
Sobre las instituciones de Barquisimeto, los Liceos Ambrosio Perera y Federico Carmona, de la parroquia Santa Rosa, municipio Iribarren, tampoco iniciaron con alumnos, pero sí los esperan para la semana del 17 de enero. El personal educativo sí estaba laborando según pudo constatar Elimpulso.com en ambos planteles.
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Otra de las condiciones que se encontraron en el recorrido fue la falta de agua en los centros educativos, pues es una necesidad que también afecta a las zonas donde están ubicadas las instituciones. Además de ello, pudimos conocer que en el Liceo Federico Carmona, los docenes y personal de la institución han tenido que pagar de su bolsillo para que un camión de lleve la basura. El servicio de agua es intermitente y escaso, al igual que en el Ambrosio Perera.
Liceo Ambrosio Perera recibirá estudiantes el lunes 17 de enero En el Liceo Ambrosio Perera coexisten con agua de cloaca a diario
Las condiciones no están dadas para voler a clases presenciales
Justo sobre las condiciones en los servicios básicos de las entidades educativas conversó el profesor Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores del estado Lara, quien consideró una irresponsabilidad promover un regreso a clases cuando en las escuelas y liceos no existe el servicio vital y el más mínimo para poder funcionar, como el agua.
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El profesor también mencionó la falta de insumos de bioseguridad para el personal docente, el cual, si bien está vacunado en su mayoría, no posee recursos económicos para sostenerse, pues devenga un salario muy bajo de 60 bolívares quincenales (cuando es un docente de alta categoría) el cual no cubre sus necesidades alimenticias, de calzado, salud y transporte, que es lo mínimo para vivir.
Igualmente mencionó los contagios de COVID-19 y la amenaza latente de la variante ómicron en el país, la cual podría propagarse en un regreso a clases.
«No existen las condiciones de infraestructura escolar, ni de electricidad, no hay dotación de planteles con materiales didácticos, de laboratorio y deportivo. No existen desde hace bastante rato la alimentación ni los comedores», sostuvo el docente.
Más del 50% de docentes ha emigrado
Destacó Arroyo que las condiciones descritas, aunadas a la falta de un seguro de salud de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, han generado que más del 50% de docentes haya abandonado el país y la profesión, en busca de mejoras económicas para ellos y sus familias.
Indicó el profesor Arroyo que al menos 150.000 docentes de toda Venezuela ya emigraron y en Lara se estima que la cifra es de 30.000 profesionales de la educación que salieron del país porque no les alcanza su sueldo para vivir.
Otros, también han tenido que expandirse hacia otros oficios o áreas para poder mejorar los ingresos familiares. Arroyo explicó a Elimpulso.com que los profesores que aún se mantienen es porque, debido a la modalidad de clases online, solo deben ir uno o dos días a los planteles y ello les permite desarrollarse en otros ramos, como por ejemplo el comercio, lo que les genera un poco más de dinero.
«Entonces nosotros tenemos infromación de que el personal que ha abandonado las instituciones educativas para subsistir, ha sido sustituido por la llamada «chamba juvenil«, personas que no tienen la preparación pedagógica para esos cargos y eso es grave.