“Igual que los reyes siempre sigue la luz de esperanza, esa luz que conduce al amor sincero y puro. Esa luz que les condujo a estos Reyes a llegar y a postrarse delante del Rey de reyes. Si seguimos esa luz de Jesús llegaremos al camino indicado.”
El 6 de enero de cada año se festeja el Día de los Reyes Magos, en conmemoración al suceso bíblico en el que tres hombres visitaron a Jesús, trece días después de su nacimiento.
De acuerdo al Evangelio de San Mateo, los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron desde el Oriente hasta Belén para conocer al recién nacido. Se guiaron por la Estrella de Belén, que los condujo hacia donde estaba Jesús. Los reyes llevaron distintos regalos y ofrendas, consagrándolo como Rey de los Judíos.
Cuenta la historia que los monarcas pudieron visualizar una figura celeste al encontrarse con el recién nacido y desde ese momento lo adoraron y rindieron tributo.
El Día de los Reyes Magos comenzó a celebrarse en el siglo XIX en España, como una celebración infantil para compartir regalos. Con el tiempo esta tradición se extendió a otros países de cultura hispana. En este día, muchos católicos desarman sus pesebres junto con otras decoraciones de la temporada festiva navideña.
Los regalos que le dieron los Reyes Magos a Jesús fueron oro, incienso y mirra y significaron:
Oro: por su naturaleza real, como regalo conferido a los reyes;
Incienso: por su naturaleza divina, empleado en el culto;
Mirra: es un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús.
La palabra epifanía representa la revelación de una condición divina ante los ojos de los mortales, algo que la tradición ocurrió cuando Melchor, Gaspar y Baltasar fueron a visitar al recién nacido Cristo.
Cada 6 de enero los más chicos de buena parte del mundo festejan el Día de los Reyes Magos, una celebración católica cuyo nombre religioso es la Fiesta de la Epifanía del Señor. Detrás de este nombre se esconde el verdadero origen de la tradición, que desde el siglo XIX en España se transformó en una ocasión para hacer regalos a los niños y niñas de la familia.
Ese momento de revelación de Jesús ante los ojos de los Reyes Magos, que no dejaban de ser mortales, es el que se recuerda hoy, y que dio origen a la Fiesta de la Epifanía del Señor, como se la conoce en el mundo religioso.
Además de la de los Reyes Magos, la Iglesia Católica recuerda otras dos epifanías, que para ellos representan manifestaciones de la condición divina de Jesús:
Epifanía a San Juan Bautista en el río Jordán
Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro de transformar el agua en vino en las bodas de Caná.
Fuente: lanación.com.ar.
Venezuela sumida en la más grande y profunda crisis conocida desde antes de ser fundada la República, ampara a sus ciudadanos, más allá de los principios y valores que los han caracterizado eternamente… ¡En sus tradiciones!
Desde siempre sus costumbres se han distinguido por ser fervientemente católicas y apostólicas. La gran mayoría nos apegamos a Dios Todopoderoso, Padre y Redentor, a Jesús, el Cristo Salvador, su único hijo concebido por la Virgen María, Inmaculada por siempre.
Y dentro de ello, creemos firmemente en los “Tres Reyes Magos.” Y, los que no dejamos de ser niños, en nuestros sentimientos nos aferramos a la tradición y apegados a nuestra fe, como regalos, de aquellos visitantes, le rogamos porque cese la Pandemia que azota a la humanidad, que de una vez por todas desaparezca la crisis político-económica que destruye al país con la, presunta, indetenible corrupción, y que retornen al país los integrantes de la diáspora despiadada que destruye a las familias…
La “Tierra de Gracia” regalada por Dios, dotada de inmensas e in-cuantificadas riquezas no merece que sus ciudadanos estemos sufriendo los embates de una situación insoportable.
Es inadmisible que la “Tierra que parió a sus libertadores cuando los necesitó, ahora vea a sus hijos dispersos por el mundo en una huida fatal que destruye a las bases de la sociedad. Oprobiosa situación ocasionada por el hambre, la desnutrición, la falta de empleo, de un salario digno para cubrir sus necesidades y la de sus familias; por la destrucción del casi inexistente poder adquisitivo del cual disponen, como consecuencia directa de la hiperestaflación, supuestamente, creada por las políticas económicas, desfasadas y fracasadas en todas las regiones del mundo donde se han pretendido imponer, por el grave deterioro de los servicios públicos y por la inseguridad jurídica y personal que viola los Derechos Humanos.”
Un alto en nuestro sentir, para desear a la gran familia de “EL Impulso”, el mejor y mayor de los éxitos; merecidos por vencer las dificultades impuestas y seguir sorteando los avatares que la Venezuela de hoy nos impone diariamente. Felicitación especial a su Junta Directiva y a todo su personal, héroes anónimos que han sabido conservar el verdadero valor que representa el preservar, integralmente, los principios y valores heredados de quienes crearon una dinastía periodística que logró ser patrimonio irrenunciable del gentilicio larense.
Maximiliano Pérez Apóstol
