La Orquesta Mavare evoca una centuria de historias #4Dic

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El 31 de diciembre de 1897, los integrantes de la banda lucían radiantes y en su rostro se dibujaba la alegría de festejar su primera actuación pública precisamente con la entrada de Año Nuevo. La música inició cuando la tarde llegaba a su fin en aquel Barquisimeto señorial donde la electricidad aún era un rumor.

Amenizarían un baile en la casa de habitación del señor Aurelio Manzano, distinguido comerciante de Barquisimeto, la cual estaba apostada en la Calle del Marqués, haciendo esquina con la Calle Lara, (hoy carrera 21 con calle 24) conocida como la esquina de La Matutina.

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La gala fue promovida por el reconocido médico barquisimetano Martín Alvizu Seeckatz, y el vicepresidente del estado, don Eliseo Soteldo. Aquel baile duró hasta altas horas de la madrugada gracias a la instalación de un generador eléctrico que funcionaba con querosén.

El debut de la banda, -aun sin nombre-, fue un éxito rotundo y el joven maestro Miguel Antonio Guerra Ravelo, jamás se imaginó que pasaría a la inmortalidad con aquella iniciativa musical que se estrenaba ese año noventa y siete.

En la Enciclopedia Larense se lee que los miembros de la banda original fueron: director y primer clarinete, Miguel Antonio Guerra; flauta, Idelfonso Torres Heredia; violín, Pablo González; segundo violín, Antolín Gómez; barítono, Joaquín Gallardo; violoncello, Evaristo López; cuatros, Virgilio Heredia y Teodosio Adames.

Ocho meses después de aquella presentación inaugural, en agosto de 1898, el maestro Guerra decidió bautizar a su agrupación como Banda Mavare, en homenaje póstumo a su amigo Ramón Mavare, fallecido en días previos, tras una golpiza dada por la policía cuando fue apresado por faltarle los respetos, en estado de ebriedad, al secretario de Gobierno.

Mavare era natural del estado Falcón, nacido en Capatárida en 1860, y era un músico de un talento sinigual, un ejecutante formidable del cornetín y versátil compositor. No perteneció nunca a la banda de Guerra Ravelo.

Amenizaron la llegada del siglo XX

Como bienvenida al nuevo siglo y en honor al presidente del estado Lara, general Rafael González Pacheco, la aristocracia barquisimetana ofreció una velada en la casona que servía de sede del Colegio Federal.

Este sarao fue organizado por los doctores Telésforo Oberto, Eliodoro Pineda, Antonio Álamo, Benjamín Antích, Lisandro López, Martín Alvizu Seeckatz, entre otros, para lo cual contrataron al maestro ´Guerrita´ -como era llamado por cariño-, y a su sobresaliente banda, lo que evidenciaba la preferencia de la alta sociedad barquisimetana. Entre balses y brindis, llegó el nuevo siglo.

Cuando el presidente de la República, general Cipriano Castro visitó Barquisimeto en 1908, la Banda Mavare lo recibió con honores, estrenando sus mejores valses y amenizando el magno evento con otros ya famosos.

La Mavare no solo amenizaba fiestas y bailes. Además de las retretas acompañaba los juegos de beisbol y sus mejores ingresos lo constituían acompañar las películas del cine silente, actividad que dio gran impulso a la composición y estabilidad a la agrupación, revela el periodista Juan José Peralta.

Será a partir de 1915, cuando la Mavare hace suya la devota tradición de tocar todos los 14 de enero un concierto de bienvenida a la Divina Pastora en su peregrinación anual desde Santa Rosa. Desde ese momento la Mavare pasó a ser la orquesta de la Virgen. No hay punto de discusión. Mencionar la Orquesta Mavare es hablar de la procesión del 14 de enero.

Homenaje para Guerrita

El 31 de diciembre de 1947, en la celebración de las bodas de oro de la Mavare, el evento finalizó con un gran concierto de gala en el Teatro Juares, donde el gran homenajeado fue el fundador maestro Miguel Antonio Guerra. Esa noche, las autoridades regionales y locales, otorgaron emblemáticos reconocimientos como el Botón de Honor en Oro, así como otras condecoraciones por parte de instituciones que hacían vida en la ciudad. Napoleón Lucena se lució con la orquesta en aquella oportunidad.

Guerrita tenía 18 años

Miguel Antonio Guerra Ravelo, si acaso llegaba a los 18 años cuando formó la Banda Mavare a mediados de aquel remoto año de 1897. Había nacido el 22 de enero de 1879 en Guama, cuando aún pertenecía esta jurisdicción yaracuyana al gran Estado de Barquisimeto. Hijo de Miguel Guerra Campo Elías (reconocido odontólogo y nieto del héroe de la Guerra de Independencia Vicente Campo Elías), y Jacinta Cecilia Ravelo.

A tierna edad sus padres se establecieron en Barquisimeto, donde estudió en el Colegio San Agustín, comenzando en paralelo su formación musical con maestros de la talla de José Eligio Torrealba, Ramón Pérez y Francisco de Paula Medina, quien le enseñó el mágico arte de la flauta y el clarinete.

El costumbrista Carlos Guerra Brandt, nieto del maestro fundador de la Mavare, señala que su abuelo, “incluso pudo ir al exterior a completar su formación académica como intérprete y compositor”. Aún en la casa de los Guerra, se conserva la flauta traída de Alemania hace 127 años.

Guerrita dirigió la Mavare hasta 1915, tras la muerte de su padre ocurrida el 15 de marzo, pérdida de la cual jamás se repuso sumiéndose en depresión. Se dedicó a trabajar en una ferretería de la cual años más tarde, se convirtió en propietario rebautizándolo Guerra Ferretería, con asiento en la céntrica calle del Comercio entre calles 27 y 28, surtida con mercancía que traía personalmente de Alemania. Fue uno de los establecimientos más prósperos y conocidos de la ciudad.

El maestro Guerra entregó la batuta de su orquesta al notable músico Napoleón Lucena, un tocuyano reconocido por su calidad como maestro y compositor del bambuco Endrina, el valse Alma que gime y el pasodoble Flor de sangre, entre otros, quien dirigió la banda hasta 1966, cuando lo aqueja la salud.

Pese a su retiro voluntario, Guerrita siguió componiendo música por muchos años para la orquesta, su real vocación; y acompañó a la Mavare en la celebración de las bodas de plata (1922) y después las de oro (1947). “Guerra no abandonó jamás la banda fundada por él”, escribe el cronista Romel Escalona.

El fundador de la Mavare fue también un compositor de renombrada valía, y entre sus valses, premiados con sonoros aplausos y el reconocimiento público, destaca Ofrenda de Amistad. Compuso otros de muy hermosa letra y melodía como: Lesbia, Claro de Luna, Dolores, Flor de María, El Chingo, La Occidental, Es Ella, Pensando en ti, ilusión, entre otro ramillete de valses que se albergaron en el alma y el corazón de los barquisimetanos.

Asimismo, fue director de la banda del Estado y ganó el concurso del Himno del Estado Lara, pero esa es otra historia y bien polémica, toda vez que los Individuos de Números del Centro de Historia Larense, dieron un veredicto sobre ese suceso que soslaya la autoría de ese hecho histórico.

Guerra Brandt relata que, a la quinta de los Guerra, anclada en el casco central de Barquisimeto, acudieron grandes dignatarios, juristas, médicos, científicos, artistas y por supuesto músicos y discípulos.

El maestro Guerra guardó sus instrumentos para iniciar su retiro mortal el 21 de marzo de 1951, cuando ya el tiempo le aventajaba 72 años de fructífera existencia.
Definitivamente, tratar de resumir la historia de la Mavare es imposible por lo anecdótico de su tránsito de más de cien años, por tanto, solo esperamos que esta agrupación, patrimonio de los larenses, logre proseguir su honroso itinerario pese a los infortunios del tiempo y el olvido gubernamental.

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