Ante la crisis en el suministro de agua vivida en esta ciudad en las últimas semanas, el vice presidente del Colegio de Ingenieros de Barquisimeto, ingeniero Julio Gutiérrez, manifestó que son varios los factores que inciden en esa problemática y uno de los principales es que la Gobernación no cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a esta situación y de seguir así, el problema se va a prolongar por un largo tiempo.
Refirió recientemente el experto, que la empresa Hidrolara está de manos atadas económicamente porque sus ingresos depende única y exclusivamente de la Gobernación que es su máximo accionista. Esto, aunado al desgaste de las tuberías que conducen las aguas blancas, ha hecho que el sistema de distribución de aguas blancas haya colapsado.
Con el problema del agua, señaló que se ha hecho demagogia y eso se observó durante la reciente campaña electoral en la que algunos candidatos decían «yo voy a solucionar el problema del agua», pero ese es un problema que requiere de recursos cuantiosos y apoyo del nivel central, e incluso de convenios internacionales por las sumas que hay que invertir.
Dijo Gutiérrez, que son acciones que se deben acometer a corto, mediano y largo plazo. En este caso, el nivel central es el que tiene fuerza presupuestariamente para ejecutar obras de envergadura como las que requiere el estado Lara y otras entidades cercanas.
La construcción de un embalse está por el orden de los 800 a 900 millones de dólares. Tal es el caso del embalse Dos Bocas, lo cual sería la solución para el estado Lara y para la región centroccidental, ya que ello beneficiaría a Portuguesa y Yaracuy, apuntó el experto.
«Desde el año 2002 se debieron haber hecho las primeras inversiones en los más de 1900 kilómetros de tuberías de diferentes tipos y diámetros. Aquí todavía tenemos 200 kilómetros tuberías de asbesto y cemento de la década de 1950, 700 kilómetros de tubería de hierro fundido de la década de 1970 y el mayor crecimiento se registró en la década de 1990 con la instalación de 1000 kilómetros de tuberías de acero en las zonas norte y oeste de Barquisimeto».
Explicó. que en el caso de las tuberías de asbesto y cemento, éstas ya tienen más de sesenta años y su reparación puede resultar muy complicada y es aquí donde entra la operatividad de la compañía hidrológica, porque debe tener la maquinaria y el personal específico para acometer esas reparaciones y en estos momentos está en capacidad mínima.
Para el ingeniero Gutiérez, Yacambú ya no es un proyecto viable para solventar el problema de agua en Baquisimeto. «Si el mismo no se hubiese paralizado como ha ocurrido a lo largo de estos cincuenta hubiese funcionado, pero hoy reactivarlo sería muy costoso, más que acometer otros proyectos como el de Dos Cerritos».
Dijo, que en Yacambú ya se han invertido más de 1200 millones de dólares, la obra está paralizada desde el 2015 y reactivarla nuevamente podría ser muy costoso, entre otras causas por el tiempo que habría que invertir y porque por ahí pasa la falla de Boconó y ésta se derrumbó y obstaculizó un buen tramo del túnel y ahora hay que volver a abrirlo.
Y como lo ha manifestado en anteriores oportunidades, una de las soluciones para el problema del agua en Barquisimeto y el municipio Palavecino, los dos más afectados, sería la construcción, del embalse Dos Bocas en el estado Portuguesa.
Si el nivel central acometiera esta obra, se podría solventar el déficit de agua e igualmente surtir al sector agrícola en los estados Lara, Portuguesa y Yaracuy en los próximos sesenta años, lo cual sería ampliamente beneficioso tanto para la población como para la economía.