El gobierno colombiano autorizó el martes el retorno a las clases presenciales de forma plena en todo el país, al eliminar las restricciones de aforo que se mantenían para prevenir la propagación de la COVID-19.
“Esta decisión se toma con base en el avance del plan nacional de vacunación” dada la “alta cobertura” en maestros y el “avance” en la inmunización de niños, niñas y jóvenes, explicó en una declaración oficial el ministro de Salud, Fernando Ruiz.
Más del 73% de la población colombiana cuenta con la aplicación de la primera o única de dosis, y de esa cantidad al menos el 50% tiene el esquema completo de vacunación. Las cifras públicas del Ministerio de Salud confirman la aplicación de 9,6 millones de dosis a personas entre 3 y 24 años, los últimos grupos etarios en acceder a la inmunización.
El país sudamericano confirmó los primeros tres casos de la variante ómicron el lunes y no anunció restricciones adicionales, solo recomendó a su población continuar vacunándose.
“Sabemos que el retorno de los niños y jóvenes a las aulas es fundamental, así que esa decisión refrenda ese compromiso y ese trabajo con la educación, que es tan importante y con noticias como que sigue el refuerzo de vacunación (contra COVID-19) para los maestros”, indicó la ministra de Educación, María Victoria Angulo.
La decisión incluye escuelas y universidades, así como los servicios de alimentación, transporte y actividades curriculares complementarias.
Reclaman por falta de condiciones
El sindicato de maestros reclamó mayores “compromisos desde el Gobierno” para regresar a la presencialidad de manera plena, debido a que a lo largo de la pandemia han advertido que en algunos colegios no hay servicios básicos de agua potable y sí hacinamiento en las aulas.
“Acabaron aforos, pero la pandemia sigue y nunca cumplieron con las condiciones en colegios”, escribió la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) en su Twitter.
Desde junio de 2021 el gobierno dio orientaciones para el regreso a las clases presenciales bajo un protocolo de bioseguridad que incluía el distanciamiento social. Los maestros de instituciones públicas debían asistir a los colegios y eran los padres quienes decidían si enviaban a sus hijos al colegio o si continuaban en la virtualidad.