“La verdadera libertad individual no puede existir sin seguridad e independencia económica. Las personas que tienen hambre y no tienen empleo son materia de la que están hechas las dictaduras.”
Franklin Delano Roosevelt (30-01-1882/12-04-1945).
Franklin Delano Roosevelt fue un político y abogado estadounidense que ejerció como 32.º presidente de Estados Unidos desde 1933 hasta su muerte en 1945.
Miembro del Partido Demócrata, ganó cuatro elecciones presidenciales consecutivas, convirtiéndose en una figura central de los acontecimientos mundiales de la primera mitad del siglo xx y en el presidente que más tiempo ha permanecido en el cargo en la historia del país. En sus dos primeras legislaturas, Roosevelt presidió el gobierno federal durante la mayor parte de la Gran Depresión y puso en marcha un ambicioso programa nacional conocido como New Deal, en respuesta a la peor crisis económica en la historia de Estados Unidos. Líder indiscutible de su partido, forjó la llamada “Coalición del New Deal”, que definió las líneas maestras de la política y el liberalismo moderno en Estados Unidos de las tres décadas posteriores. Su tercer y cuarto mandato estuvieron marcados por la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, que terminó apenas unos meses después de su muerte.
Historiadores y académicos coinciden en señalarle como uno de los tres presidentes más importantes y valorados de la historia del país, junto a George Washington y Abraham Lincoln.
Para Roosevelt, el autocontrol de los propios recursos y las necesidades satisfechas pueden generar ciudadanos conscientes que se desenvuelven con libertad. Fuente: Wikipedia.
Desde muy joven he pregonado que, de los ingresos monetarios de las personas depende su libertad…
Con la remuneración justa y digna por el trabajo se puede lograr tener la calidad de vida que se desea: la vivienda anhelada, el automóvil que se quiera o el que sea más útil para cumplir idóneamente con nuestra labor, comer bien y/o, más allá de las necesidades básicas, y lograr una sana alimentación; vestirse con la calidad y tipo de ropa que se desee, utilizar calzados de buena calidad; tener los electrodomésticos necesarios, disfrutar de los servicios imprescindibles para una buena calidad de vida, viajar, conocer y/o disfrutar de unas merecidas vacaciones, superarse realizando estudios, especializaciones o, darle esas oportunidades a nuestros hijos en los institutos educativos que queramos, etc., etc., eso…
“Es bienestar social.”
Es tesis de la Oficina de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación:
“La seguridad alimentaria de un país comienza cuando su población dispone de ingresos suficientes para adquirir sus alimentos.”
Así como también:
“Trabajar para no obtener beneficios es simple esclavitud.”
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, de las Naciones Unidas, en su artículo 23-3, consagra a “a la remuneración digna y suficiente del trabajo como un Derecho Humano.”
Supongo entonces que cabe preguntar: ¿Qué pasa en Venezuela? ¿Cuál es el objetivo de acabar con la meritocracia? ¿Por qué se ha distorsionado tanto la remuneración justa y digna al trabajo al extremo que un obrero agrícola supera en ingresos monetarios y en dádivas a un profesor universitario, con décadas dedicadas a la educación, con doctorados, trabajos académicos y dedicación exclusiva, inclusive, a sabiendas que, su estándar de vida es mucho más costoso que el que se tiene en el medio rural?
Además de esta dolorosa situación económica que conlleva al hambre y a la desnutrición se añade la pésima calidad de los servicios públicos, del sistema de salud, el deterioro de las infraestructuras públicas, la falta de combustibles y hasta del gas para cocinar los alimentos, entre otras calamidades que ya son repetitivas al enumerarlas.
El país que iba encaminado a ser una potencia de las llamadas de primer mundo, ahora, esta rezagado entre los países más pobres del globo terráqueo, aun disponiendo de inmensas e in-cuantificadas riquezas.
Los principios y valores que caracterizaban al venezolano están siendo distorsionados, presuntamente, por nuevas castas sociales que se vanaglorian de inmensos capitales de los cuales se desconoce su origen.
Decía François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, quien fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés:
“Es difícil liberar a los necios de las cadenas que veneran.”
En vísperas del aniversario de la muerte del más grande ser humano conocido, Simón Bolívar, para vuestra reflexión, transcribo estas frases que reflejan su pensamiento por la libertad,
“Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía…
Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos…
Siempre es noble conspirar contra la tiranía, contra la usurpación y contra una guerra desoladora e inocua…
La Justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.”
Maximiliano Pérez Apóstol