Lo más importante que ha tenido la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), según su presidente, Armando Chacín, es que ha habido un crecimiento de rebaño, aunque todavía insuficiente para un país autoabastecido; y un aumento en la ingesta de carne, también poco, pero que es de dos kilos por encima del año anterior.
Es muy significativo lo que señaló a Elimpulso.com, en relación con el consumo de carne, ya que históricamente el promedio oscilaba en los setenta kilogramos por persona al año y para este año la cifra es pírrica, ya que no sobrepasa los ocho kilos. Y no es porque se sufra de escasez, sino por efecto de la crisis económica que nos arrolla.
Rebaño
El dirigente gremial dijo que el rebaño ha pasado de 9.600.000 – 9.700.000 cabezas de reses a 10.800.000 – 11 millones en el curso de los últimos dos años, producto de un cruzamiento que se ha venido registrando exitosamente. Y además, ha influido también la dolarización en el precio de los animales, que hace un tanto atractiva la cría.
Consumo
En cuanto a la ingesta de carne, indicó, se está llegando a los ocho kilos de carne, no sólo de bovinos, sino de aves, cerdos y pescados.
“Esos son los números que tenemos en estos momentos”, explicó. “Nadie tiene cifras porque oficialmente no se conocen, pero el conteo se hace con base a la matanza que se lleva a efecto en todo el territorio nacional y mediante operaciones en torno a la tendencia de las actividades del sector.”
Observó que la ingesta de carne de bovinos debiera ser más de veinticinco por persona al año, pero actualmente es de un tercio.
Históricamente, nosotros consumimos entre 65 y 76 kilos de carne entre las cuatro especies: bovino, cerdo, aves y pescado.
Como todos sabemos, esa enorme reducción en el consumo se debe a que es muy bajo el poder adquisitivo de la población.
Y, por supuesto, la enfermedad COVID-19 hizo su perversa jugada, que obligó al cierre de comedores.
Destacó que no hay desabastecimiento en supermercados y carnicerías, pues la única carne que existe en el país es la venezolana.
Financiamiento y confianza
En cuanto a las dificultades que ha tenido el sector ganadero, aparte de la falta de combustibles, expresó que es un problema muy serio el financiamiento, el cual es necesario para aumentar la producción nacional y ponerle mano a las potencialidades que tiene el país.
Dio a conocer que tanto para la actividad ganadera como agrícola se dispone, en los momentos, de 10 millones de hectáreas con el fin de producir alimentos.
Pero, hay 30 millones de hectáreas, lo que significa que existe un potencial enorme para desarrollar la actividad agropecuaria en Venezuela. No hay necesidad de asociación con ningún país, para llevar adelante programas de producción de alimentos.
Hay tierras para los inversionistas, pero lo que se necesita para acometer planes de envergadura es la confianza, enfatizó. Nadie vendría a Venezuela dadas que no existen las condiciones para invertir.
Por otra parte, Chacín confió en que la dolarización ha permitido situar en la normalidad la estructura de costos.
Todos los sectores en Venezuela están colapsados y, por tanto, se requiere recuperar el poder adquisitivo para que los venezolanos tengamos mejor calidad de vida, se dignifiquen los sueldos y salarios. Esta es, por supuesto, una tarea del Estado venezolano.
Inseguridad
Fedenaga tiene conversaciones con funcionarios de alto nivel del gobierno, se han hecho análisis y se han formulado propuestas, pero las respuestas no se han dado.
Mientras eso no ocurra, el sector productivo tendrá que trabajar con las uñas y no podrá construir lo que necesita Venezuela, advirtió.
Y recalcó que el flagelo de la inseguridad en el campo (secuestros, cobro de vacunas, robos y demás delitos) no ha sido enfrentado como debiera ser y, en consecuencia, se trabaja en condiciones extremas.
Recordó que ante la Asamblea Nacional se introdujo una ley de protección a la actividad ganadera, pero hasta la fecha no se tiene conocimiento de que haya sido estudiada. Y es menester hacer hincapié en ese aspecto, porque se debe proteger todo lo relacionado con la producción agroalimentaria.
