Hojas sueltas…
El tiempo se acaba, más no la esperanza…
Confucio fue sabio en todo lo que realizó a lo largo de su existencia, a sus estudios y experiencias respecto a la vida y a la bendición de tener como maestra las enseñanzas de la madre naturaleza. Su frase “Compro flores para vivir y arroz para sobrevivir” es la lección más grande que nos da no solo como reflexión sino de lo que puede ser nuestra vida bien llevada y la esencia de contar con nuestro espíritu que vive, se humaniza y armoniza dentro de nosotros como impulsador de lo que queremos lograr, de lo que somos y de lo que hacemos bien. No somos perfectos, pero podemos vivir lo mejor posible, sin dejar de hacer las cosas y cumplir con alegría al hacerlas casi bien, aunque no todo nos salga perfecto, ya es bastante lo que habremos logrado…
Nunca terminamos de aprender a disfrutar del presente, decisión que nos ayudaría a aliviar nuestros pesos y preocupaciones. Vivimos empeñados en sacar a flote los males pasados, antes que procurarnos los medios de hacer soportable nuestro presente. Más que hacia arriba el hombre clava su mirada al suelo rumiando sus pesares y amarguras, sin darse cuenta que en el cielo de cada día hay bendiciones y tanta belleza nocturna de luces y de paz en el silencio grato de una noche cargada de estrellas, que bien vale la pena detenerse y observar tamaño regalo, sin pensar en otra cosa que no sea en el radiante momento que nos regala el cielo.
A la vuelta de los años nos damos cuenta de cuántos momentos felices desperdiciamos inmersos en preocupaciones o cosas baladíes que poco a poco nos van empujando al desbarrancadero, que nos enferman y destruyen. El tiempo apremia, perderlo es ir perdiendo la vida y las alegrías, a sabiendas de que es tan fugaz el momento de estar en este mundo…
Cuando la enfermedad se anuncia con dolores supremos, el hombre lucha hasta el final por recuperarse, aunque sepa que su batalla ante la muerte está perdida, no importa si es joven o viejo, el impulso por vivir es más fuerte que su mismo dolor.
Según las cosas que hacemos eso somos, y lleva tiempo crecer… La vida no es para vivirla, sino para saberla vivir. “Cuando es evidente que no se pueden alcanzar los objetivos, no ajustes los objetivos, ajusta tus pasos” (Confucio)
Este artículo es sólo algo más para pensar durante esta Navidad y fin de año…
Amanda N. de Victoria