A horas para que el licenciado Javier Oropeza sea juramentado en la Cámara Municipal de Torres y asuma la alcaldía, los retos les esperan en una Carora que ha estado abandonada en lo urbano y en los servicios públicos por más de una década.
La ciudadanía caroreña que habita en urbanizaciones de la parte alta cifra esperanzas en que Oropeza trabajará para que les llegue agua por tubería a sus hogares desde la represa Atarigua.
Habitantes de sectores como Calicanto, Casas de Madera, Valparaíso, El Roble, Loyola y Altos del Brasil, entre unos cuantos más de la red alta presentan desde hace años el grave problema de la falta de suministro del vital líquido, el cual lo obtienen mediante la compra en dólares a camiones cisternas.
La anterior gestión municipal que se mantuvo por dos períodos en la alcaldía mostró incapacidad para solucionar este serio inconveniente, en virtud del cual los afectados se mantienen en expectativas con la llegada del nuevo alcalde.
Otro reto al que Oropeza se tendrá que enfrentar es a un 95% de deterioro que presenta la vialidad urbana, tanto en la zona centro como en las barriadas, por donde es prácticamente imposible transitar en vehículo.
En unas calles hay que asfaltar por completo porque requieren capa asfáltica nueva, caso de la calle El Carmen, frente al Ciclo Básico; calle Vargas, sector Carorita; calle Lídice, sector Barrio Nuevo; calle Lara en su parte alta, calles Contreras y Carabobo, zona centro.
Oropeza también está recibiendo las plazas en estado de abandono, pero también anarquizadas con vendedores informales, además de una ciudad llena de basura porque el municipio cuenta solo con un camión recolector que posee un alto grado de deterioro en su operatividad mecánica.
Javier Oropeza está consciente de esta problemática y ha dicho que buscará soluciones por medio de proyectos claves, al tiempo que trabajará de la mano de la gobernación de Lara para traer desarrollo a Carora.
