Tras permanecer tres años como comisionado de la política exterior del gobierno interino de Juan Guaidó, Julio Borges tiene que dar a conocer, en su informe, una amplia información de sus funciones y, por supuesto, fundamentar la renuncia y los planteamientos que está haciendo públicamente.
Así lo hizo saber el abogado Edgar Zambrano, vicepresidente nacional de Acción Democrática y exvicepresidente de la Asamblea Nacional del 2015, quien sostiene que un político tiene que asumir riesgos y entender el papel que debe cumplir en una situación tan anómala como la que vive Venezuela.
Estamos enfrentando el secuestro de los poderes públicos y el resquebrajamiento institucional.
Borges, máximo dirigente de Primero Justicia y residenciado en Bogotá, ha planteado la desaparición del gobierno interino “por no haber ruta, estrategia y unidad”, denunciado una burocracia de 1.600 funcionarios y su desvinculación con Guaidó, para llevar a cabo un nuevo proyecto.
Hay que esperar su derecho de palabra que ha solicitado y, naturalmente, una explicación detallada de todos los aspectos que lo han llevado a tomar la decisión que hizo pública el domingo, dijo Zambrano.
Advirtió que la política nunca muere, en razón de lo cual dejó entrever que la salida de Borges no puede constituir una crisis dentro de la dirigencia opositora democrática.
Es de recordar que en noviembre de 2019, Guaidó destituyó a su representante diplomático en Colombia, Humberto Calderón Berti, después que tal medida la plantea precisamente Borges y la explicación dada fue la de que se harían modificaciones en la política de relaciones exteriores.
Al ser consultado en torno a este asunto, Zambrano manifestó que todos los gobiernos toman decisiones en cualquier momento, pero en el caso del interino presidido por Guaidó, tiene debilidad de forma, pero no de fondo porque está apoyado por 60 democracias sólidas entre las cuales figuran las potencias más importantes y la situación venezolana es observada con mucha atención en el mundo.