La tortuga verde es una especie de gran tamaño distribuida por los mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo, con dos poblaciones distintas en los océanos Atlántico y Pacífico.
Anatómicamente, hay algunas características que la distinguen de otras tortugas. Su hocico es corto y su pico no tiene forma de gancho. El callo de la mandíbula superior posee un borde ligeramente denticulado, mientras que, por la parte inferior, tiene una denticulación fuerte en forma de sierra.
La superficie dorsal de la cabeza de la tortuga tiene un solo par de escamas frontales. Su caparazón está compuesto de cinco scuta (escudos) centrales flanqueados por cuatro pares de laterales.
Poseen extremidades frontales de una sola garra, aunque algunos especímenes jóvenes poseen dos.
En otros detalles, su apariencia es la típica de una tortuga marina. Tiene un cuerpo dorsoventral aplanado, una cabeza con cuello corto, aletas con forma de remo adaptadas para el nado.
Puede crecer hasta 1,66 m de longitud y su peso promedio oscila los 200 kg, a pesar que se han capturado ejemplares con un peso de hasta 395 kg.
Su caparazón es conocido por tener varios patrones de colores que cambian a través del tiempo.
Cuando joven es predominantemente negro, con conchas de colores claros. Ya en la etapa adulta es café manchado o con variedad de rayos.
Su explotación está prohibida en casi todos los países del mundo. Es ilegal capturar, dañar o matar tortugas de este tipo. Adicionalmente, algunos países han implementado varias leyes para proteger a las tortugas y sus sitios de anidación dentro de su jurisdicción.