Hace 10 años, un accidente laboral en la compañía de Corporación Eléctrica (Corpoelec) Lara afectó su vida radicalmente. Edgar Díaz perdió sus dos antebrazos, debido a una descarga eléctrica.
La discapacidad, lejos de llevarlo a la depresión, lo impulsó a destacar en el tenis de mesa adaptado, convirtiéndose en atleta de la selección larense y logrando una destacada participación en Los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Como «una dura prueba», describe el hecho de haber aprendido a vivir sin sus manos. Sin embargo, al paso de los años se siente profundamente agradecido por todas las alegrías, satisfacciones y aprendizajes alcanzados durante este tiempo.
Debido a la pandemia de la COVID-19, sus entrenamientos en Lara mermaron; cerraron el gimnasio por medidas de protección, había poco transporte y realmente estaba inactivo.
Actualmente, se encuentra en la ciudad de Caracas. «Estoy aquí desde hace nueve meses, me abrieron las puertas del gimnasio y me mantengo entrenando», expresó Edgar en una entrevista a Elimpulso.com.
El día Internacional de las Personas con Discapacidad, es un día para recalcar la responsabilidad y la deuda que los entes gubernamentales tienen con estos ciudadanos, que aspiran y merecen ser incorporados a la vida activa del país.
Sin embargo, esta premisa no la tienen en cuenta en la estatal eléctrica, pues Edgar Díaz no ha recibido ninguna indemnización por su accidente, a pesar de haber realizado todos los procedimientos legales.
Por otro lado, el atleta resaltó que aún no se han materializado políticas públicas en Venezuela que promuevan una mejor calidad de vida.
«Nosotros no estamos incapacitados, nosotros podemos hacer muchas cosas, pero hacen falta mejores condiciones en las ciudades para el desenvolvimiento de las personas con discapacidad«, acotó.
Una vida con propósito
Gracias al deporte, Díaz salió adelante. No solo ha destacado como atleta paralímpico, sino también, como coach motivador a través de conferencias en las que a través de su historia incide en la vida de otros desde la esperanza.
Decidió dar un nuevo paso en su carrera como atleta de tenis de mesa con un objetivo bien claro: Participar en los Juegos Olímpicos París 2024. «Estoy en un nuevo ciclo», puntualizó.
Por último, invitó a todos los jóvenes con alguna condición motora a mantenerse activos desde la esperanza, la alegría y el propósito. “No es necesario hacer muchas cosas, basta con hacer una y hacerla bien”, añadió.
