En este mes de Noviembre se celebró el día de los santos, pero, en relación a este punto, lamentablemente el mundo religioso cristiano porta muchas equivocaciones. Manejan conclusiones y conceptos que no se sustentan en las Sagradas Escrituras. Obviamente cada quien tiene derecho a profesar sus creencias, tener opiniones personales, conclusiones de grupos y exponer convicciones cultivadas a través del tiempo, las tradiciones familiares y por medio de lecturas e investigaciones teológicas. Y eso es lo que hacemos nosotros a través de este prestigioso rotativo el Diario EL IMPULSO digital. Pero eso no quiere decir que tengan razón. Solo a través de lo que Dios dice, se fundamenta esa razón y la verdad espiritual.
Lamentablemente las tradiciones han sustituido la Palabra de Dios y el mundo camina de espalda a lo que ÉL ha dejado escrito y es por ello que cristianos honestos viven en el error. Cuando se habla de los santos, normalmente las creencias populares nos llevan a pensar en personas buenas que murieron y están en el cielo. Que Dios las llevó a habitar con él. Pero, con el debido respeto, eso no lo dice Dios en su palabra. Cuando en la Santa Biblia se habla de la muerte dice: “Hay esperanza para todo el que está entre los vivos… Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben …” Ecle.9:4,5.
Decir otra cosa es hacer a Dios mentiroso por cuanto ell único que tiene inmortalidad es Dios. «La cual a su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores; quien sólo tiene inmortalidad,» 1 Timoteo 6: 15, 16. Vean “quien solo tiene inmortalidad” Creer, que al morir un cristiano se fue al cielo por la eternidad es certificar que no ha muerto y que tiene inmortalidad. Y eso es un engaño. Cuando Eva le respondió a la serpiente, que era el diablo, que Dios le había dicho que no comiera del árbol prohibido porque moriría, éste le contestó «No es cierto. No moriréis” Gen.3:4. Esto lleva a creer que al morir, en realidad no mueren, sino que se van para el cielo, son santos y gozan de la inmortalidad eternamente.
Lo que Dios enseña está muy claro. “Porque el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor” 1Tesa. 4:16,17. !Esa si es la promesa!
Mis apreciados, la palabra santo en la SANTA BIBLIA tiene su origen etimológico en la palabra hebrea QADASH o en el griego HAGIOS que traduce separar, separación o distinción. O sea, lo que es separado, destinado o reservado para Dios. Entonces, las cosas no son santas en sí mismas, sino por estar colocadas al servicio de Dios. Los santos no están en el cielo, sino en el sepulcro o vivos predicando el mensaje. Dice la Palabra. “Recorriendo a todos, Pedro fue también a visitar a los santos de Lida” Hech.9:32. Cuando resucita a Dorcas, dice la escritura.” Entonces llamó a los santos y a las viudas, y la presentó viva” Hech.9:41. Pablo, al confesar que persiguió a los seguidores de Jesús dijo “…encarcelé a muchos de los santos; y cuando eran matados, di mi voto” Hech.26:10. En la epístola a los Romanos les exige. “Contribuid a las necesidades de los santos” Rom.12:13. Mas adelante informa, “Ahora voy a Jerusalén a ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los pobres que hay entre los santos de Jerusalén” Rom.15:25,26. ¡Más claro, imposible!
Hasta la semana próxima Dios mediante por la WEB.
William Amaro Gutiérrez