Tras hacer varios llamados a la abstención, parte de la oposición venezolana ejerció su derecho al voto este domingo 21 de noviembre en los comicios locales y regionales. Esta sería la primera vez desde 2017 que la dividida derecha llama a sus simpatizantes a participar en elecciones.
Los candidatos principales de la ciudad de El Tocuyo en el municipio Morán del estado Lara, se acercaron en horas del mediodía a sus respectivos centros de votación para invitar a sus seguidores a sumarse a esta “fiesta electoral”.
Pedro Morles, candidato de la Alianza Democrática (AD), informó que un 98% de las mesas electorales han sido instaladas en las distintas parroquias y aseguró que miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE), están trabajando para solventar los inconvenientes y alcanzar la totalidad de las máquinas de votación.
“Debemos tener paciencia, el proceso está arrancando” dijo.
Asimismo, hizo un llamado a quienes no han votado. “Hoy hay fiesta electoral, todos estamos en la calle. Salgamos todos hoy” agregó.
“Acá se gana votando”
Por su parte, Félix Linares candidato por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y Gran Polo Patriótico “Simón Bolívar” (GPPSB), afirmó que con estas elecciones demuestran a la comunidad internacional que “en Venezuela existe la participación”.
“Creemos en la democracia participativa, creemos en el protagonismo del pueblo (…) Los nuestros, los independientes, los opositores; vengan a votar. Estamos conscientes de la realidad y acá en Venezuela se gana es votando” aseveró.
También, explicó que el objetivo de estas elecciones no es “crear presiones” sino, demostrar al mundo que existe una “democracia participativa, dinámica y transparente”.
Este 21 de noviembre se renovarán unos 3.082 cargos, entre estos autoridades de 23 gobernaciones, 335 alcaldías y los consejos municipales en todo el territorio nacional.
En esta oportunidad, la jornada electoral cuenta con la presencia de la Misión de Observación Internacional de la Unión Europea.
La derecha se enfrenta a un nuevo reto este año pues ya no solo se trata de convencer a la clase baja, sino de obtener el apoyo de una decepcionada clase media que desconfía de sus líderes opositores tras los múltiples intentos sin éxito por tomar las riendas del país.