La banca venezolana antes de los noventa tenía una cartera de crédito de US$ 42.000 millones, para el 2017 el nivel de los créditos bajo a US$ 12.000 millones y en estos momentos es una banca de apenas un poco más US$ 300 millones, lo que evidencia que la banca se ha “enanizado”.
El planteamiento lo hizo economista, profesor universitario y calificador de riesgo bancario, Leonardo Buniak en el foro latinoamericano de economistas organizado por la UCAB, afirmando que ya no se habla del termino de intermediación bancaria, proceso que ha desparecido de la banca venezolana, dijo que la banca venezolana asiste a una caída muy importante de sus niveles intermediación financiera en créditos, también una caída importante en sus niveles rentabilidad y “ciertamente su sostenibilidad en el tiempo, está realmente comprometida”.
Advierte que sin ser agorero ni portador de malas noticias, la banca venezolana hoy no es factor de crecimiento, hoy no es un factor de apalancamiento de este relanzamiento del que muchos están hablando.
“Hoy la banca venezolana no es más que transaccional, se ha dedicado a esta actividad, lo ha entendido como una oportunidad y las oportunidades son tales cuan do pueden ser aprovechadas. Que es lo que ha pasado, tenemos el encaje más alto del planeta, no de América Latina, mientras la mayoría de los países durante la pandemia promovían programas de estímulos fiscales, de estímulos monetarios, condiciones financieras para que el crédito bancario permitiera de alguna manera atajar el impacto del problema de la salud, todos los bancos centrales de América Latina liberaron el encaje legal, ubicaron los encajes en los niveles más bajo posible para darle a la banca la posibilidad de financiar al sector empresarial que estaba cerrado, que no estaba vendiendo ni estaba comprando ni estaba pagan do sus obligaciones a sus acreedores, especial mente con la banca, eso no ha ocurrido en Venezuela y la consecuencia es que un encaje de 85% mantiene a la banca contra la pared y con la total incapacidad de financiar absolutamente nada, el crédito para vehículos despareció, el crédito hipotecario de largo plazo desapareció, el crédito comercial esta extinguido, y la banca pasó de US$ 42.000 millones en el 2017 a US$ 300 millones, entonces la gran pregunta es cómo enfrentar un proceso de recuperación de la economía, como enfrentar un verdadero crecimiento de la economía con una banca sin recursos, con apenas US$ 301 millones en créditos bancarios y 1.000 millones en la totalidad de los depósitos, de acuerdo con los convenios cambiarios números 1 y número 20., dijo Buniak.