Siempre fuimos muy discretos en nuestra amistad; la reja que separa nuestras dos casas, fue la ventana escogida para acercarnos en presencia y en palabras. Nunca nos faltó algo que decirnos. Por ejemplo tú pregunta afirmando que conocías: ¿José Eustácio Rivera, colombiano, es el autor de “la vorágine? .Tú lo has dicho, te conteste, estás en lo cierto. La vida es una estadía sobre la Tierra en donde cubierta por ella se dejan los despojos y el ser espiritual se eleva. Es la transcendencia que nos deja la espiritualidad. Sucede algo parecido con la reja que separa nuestras moradas, pero que, a su vez, nos unían a través de los barrotes del enrejado. A lo que las rejas se oponían, vencíamos con la constancia. Desde allí discretamente cultivábamos la amistad. La amistad es un sentimiento invalorable del hombre. Diciembre te esperaba siempre para alegrarnos a todos con tus célebres caimaneras. Un día glorioso de este mes me invitaste al “campito” donde se hacían los desafíos deportivos y con toda tu generosidad me otorgaste un diploma.
El dolor no se ve, pero se siente. Mitigado el mío después de once años de haber perdido para siempre en una eterna ausencia a mi Yolanda del alma, mi Negra querida. Tú, Omar, desde donde esté tu alma comprenderás lo cruel y fuerte que es para tu querida familia, tu esposa y tus hijos la definitiva ausencia. Les compadezco. Todos los seres cargamos con el sentimiento del dolor, la pena de perder nuestros seres queridos. El llanto de doña Rosa, de Noira, de Alba, de Carolina, de Omarcito y de Rubén es inevitable después de esa definitiva separación y ausencia. Mientras tanto el camino de la vida de quienes lloran se resiste en todos ante el motivo del dolor. Omar Gutiérrez esta es una respuesta a una hipotética conversación que ha truncado la ausencia. La familia Mujica Peralta, expresa sus condolencias para toda tu familia. Hasta pronto, amigo.
Carlos Mujica
