La sensación es la respuesta inmediata y directa de los órganos sensoriales ante un estímulo. Un estímulo es cualquier unidad de insumo para cualquiera de los sentidos. Algunos ejemplos de estímulos son; los productos, envase, nombres de marca, y comerciales. Los receptores sensoriales son los órganos humanos (oído, ojos, nariz, boca y piel) que reciben los insumos sensoriales. Sus funciones sensoriales consisten en observar, escuchar, oler, gustar y tocar. Todas estas funciones se activan, ya sea de forma individual o combinada, para la evaluación, adquisición y el uso de la mayoría de los productos de consumo. La sensación en si misma depende del cambio de energía, es decir, de la diferenciación del insumo, en el entorno donde se percibe.
Umbral absoluto: es el nivel más bajo en que un individuo puede experimentar una sensación. El punto donde una persona empieza a detectar una diferencia entre “algo” y “nada” es el umbral absoluto para dicho estimulo. Como ejemplo, considere que la distancia a la que un automovilista empieza a detectar una valla en una autopista es el umbral absoluto de ese individuo. Dos personas que viajan juntas podrían notar la presencia de un anuncio espectacular en distintos momentos, es decir diferentes distancias, entonces parece que sus umbrales absolutos son distintos. En condiciones de estimulación constante, como cuando un conductor pasa por una red de vallas en una autopista se incrementa el umbral absoluto; esto significa que, los sentidos tienden a volverse cada más menos sensible. Después de conducir durante un tiempo por esta autopista resulta poco probable que algunos de los anuncios le generen poca impresión. Conforme se incrementa la exposición al estímulo, es nota cada vez menos. Este fenómeno dentro del campo de la percepción se denomina adaptación sensorial y por esta razón los mercadólogos buscan modificar sus campañas publicitarias, pues les preocupa que los consumidores lleguen a acostumbrarse tanto a los anuncios que estos no les ofrezcan un insumo sensorial suficiente para que sean percibidos.
Umbral diferencial: es la mínima diferencia que es posible detectar entre dos estímulos. El científico alemán Ernest Weber descubrió que la diferencia apenas perceptible entre dos estímulos no es una magnitud absoluta, sino una cantidad relativa por la cantidad del primer estimulo. La ley de Weber, como ha llegado a conocerse, establece que cuanto más fuerte sea el estímulo inicial, mayor será la intensidad adicional necesaria para que el segundo se perciba como algo diferente; la ley de Weber tiene una importante aplicación en el campo del marketing como por ejemplo cuando se desea añadir valor en la cadena comercial a través de la mejora de un producto; en este sentido, los mercadólogos crean anuncios que permitan que los consumidores puedan percibir con rapidez estas mejoras en comparación con el producto original.
Msc. Julio Cesar Vargas
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