El empresario colombiano Álex Saab, acusado de haber lavado cientos de millones de dólares provenientes de negocios con el régimen de Nicolás Maduro, se declaró el lunes inocente en un caso judicial que ha tensado aún más las relaciones entre Estados Unidos y la nación sudamericana.
“Formalmente presentamos una declaración de inocencia”, dijo el abogado de Saab, Neil Schuster, luego de expresar que era el representante legal del empresario.
Fue la primera audiencia presencial del caso y la segunda comparecencia de Saab ante un tribunal estadounidense tras su reciente extradición de Cabo Verde. Pese a la autorización judicial para que fuera de acceso público, había muy pocos periodistas y público. Afuera del edificio quedó un pequeño grupo de jóvenes que gritaban su apoyo a Saab.
La fiscalía estadounidense acusa a Saab de haber amasado una fortuna de más de 350 millones de dólares tras haber pagado sobornos a funcionarios venezolanos y falsificado documentos para obtener contratos de construcción de viviendas económicas.
Como parte de un acuerdo con Cabo Verde para poder extraditarlo, Washington retiró siete de las ocho acusaciones que enfrentaba inicialmente, dejando sólo la de asociación ilícita para lavar dinero. De ser encontrado culpable podría enfrentar una condena máxima de 20 años de prisión.
La del lunes fue una breve audiencia de menos de cinco minutos en la que Saab no habló y permaneció parado junto a su defensor en un podio colocado frente a la jueza Alicia Otazo Reyes. Unos pasos más atrás lo escoltaban dos policías del servicio de alguaciles.
Vestido con pantalón y camisola beige de presidiario, Saab llegó a la sala del tribunal en ascensor junto a otros cinco presos. Llevaba esposas en sus muñecas y en sus tobillos y cubría su nariz y boca con una máscara, un requisito debido a la pandemia de coronavirus.
Saab lucía serio, con su cabello largo recogido hacia atrás.