A su recuerdo…
Rafael Marcial Garmendia fue un lancero tan formidable que su imagen de líder se configura a partir de la multiplicidad de su protagonismo social, dejando en las sombras su inmensa capacidad como estratega, planificador, organizador y promotor de las causas que el mismo empujaba con su energía inagotable.
El donde fuera marcaba un espacio de liderazgo, no obstante ello no era producto de una imposición que naciera de su prestigio sino un reconocimiento de su entorno a su talento, a su capacidad de entrega, a su vocación de servicio.
Rafael Marcial no delegaba las cuestiones sobre las cuales asumía responsabilidad afectiva, de allí que le dedicara la misma energía y calidad de tiempo a coordinar grandes movimientos gremiales, como a la elaboración de un folleto sobre quien considerara un amigo entrañable. De esta forma era magnifico sobre una tribuna representando a todos los empresarios venezolanos y también lo era como responsable de la edición de una publicación que resumía los contenidos de un acto realizado en reconocimiento a Ramón Guillermo Aveledo. Anteriormente, varios años antes, había hecho lo mismo con un folleto en español e ingles dedicado a la promoción del Estado Lara. Un documento invaluable con estadísticas de Fudeco y con ilustraciones impecables. Fue el regalo que le dio a su estado natal cuando le tocó entregar la Presidencia de Fedecámaras.
Rafael Marcial ocupó muy joven las más altas representaciones gremiales en Venezuela pero luego no se decanta hacia los negocios u otras actividades en las cuales se sacralizan personalidades de relieve, él continuo en el servicio activo participando en instancias económicas, sociales y deportivas, como por ejemplo Proinlara, la Liga de Beisbol Venezolana y el Consejo de Coordinación Agropecuario de Lara.
Todas estas actividades en su conjunto le labraron a los gremios económicos de Lara un liderazgo social importante que todavía se mantiene, porque no obstante que en una oportunidad se conformó como un espacio político propio, nunca traicionó los principios de servicio social que el propio Rafael Marcial les había impregnado.
Pudiéramos decir en injusto y violento resumen que Rafael Marcial siempre mantuvo encendido el motor juvenil de sus creencias católicas, siempre luchando por el bien común, siempre trabajando por mejorar la vida del prójimo y para bendición sobre su vida y su memoria, siempre apreciado y admirado por todos.
Jorge Euclides Ramírez