Estas nuevas elecciones regionales presentan sus rasgos concretos entre estos que son realizadas en el marco de un nuevo sistema sociopolítico y no un transitorio gobierno. Un sistema de naturaleza profundamente autoritario que ejerce la hegemonía en todos los órdenes para así tener la mayor ventaja sobre el adversario.
Quienes concurren al proceso responden al lineamiento de resolver el problema de los servicios públicos sin pretensiones de cambiar el cuadro existente con la sustitución del nuevo sistema. Lo hacen en la estrategia de tomar el control desde adentro que lleva tiempo. Esa visión del poder la comparten Henri Falcón y el adeco Henri Ramos Allup. Nada de intentos desde el exterior por cambiar lo reinante como lo es el llamado socialismo del siglo XXI. Son practicantes del compromiso histórico en que nada cambia en esencia para que todo siga igual.
Así pues en Lara el café ya está servido para estos comicios regionales en que serán electos un gobernador, alcaldes, diputados y concejales. A diferencia de las elecciones presidenciales, como es tradicional en Venezuela, los comicios de este tipo no despiertan el interés y participación de los electores. Al evento concurren los que preliminarmente no cuentan con el apoyo de la ciudadanía, los que han asegurado el triunfo y los que no tienen chance alguno y participan por simplemente hacerse de un currículum vitae en lo político tal vez con miras al futuro.
Los candidatos del oficialismo Adolfo Pereira a la gobernación y Luis Jonás Reyes a la alcaldía de Iribarren lucen fríos, desconectados, lejanos y sin calor de pueblo. Ello por el desgaste gubernamental curiosamente producido por la permanencia en el poder sin obra alguna que deriva en la ausencia de una buena gestión. El abanderado a la primera magistratura regional paga las consecuencias de la pésima gestión de su antecesora Carmen Meléndez más la propia. Mientras su acompañante de fórmula hace el máximo esfuerzo por remendar el capote por similar situación. Ambos han gerenciado por bandazos y no por objetivos y resultados contundentes. Y eso pesa mucho en una campaña electoral.
Pero, ambos cuentan a su favor con la posesión de la maquinaría de poder que en regímenes autoritarios todo lo resuelve de manera forzada. Planteada así las cosas esa podría ser la sorpresa de estos comicios. Recordemos que el chavismo, de inspiración estalinista y leninista, sostiene que el poder se impone, pero no se comparte, como lo dice el dirigente de la Liga Socialista-OR, Julio Escalona.
Los aspirantes por la oposición (MUD) Luis Florido y Sobella Mejías también llevan sobre sus hombros las desventajas de la: división, atomización, enfrentamientos, diferencias, debilidades, inconsecuencias, desmovilización y errores. Desaciertos de alguna de su dirigencia dedicada a los negocios con el régimen. De estos, principalmente Leopoldo López y su padre, cuya demagogia y manipulación con la libertad de los presos políticos raya en el descaro. Hechos que han conllevado a perder la brújula estratégica en perjuicio de la ciudadanía víctima de la prolongada crisis económica. Los dos deben superar el desánimo, indiferencia, pasividad y apatía a la participación por parte de la masa de electores opositores luego de anteriormente haberlos llamado a la abstención. Un inmenso capital político, social y electoral de más del 80% mal administrado por la dirigencia opositora. Con todo, creemos que Mejías es una buena candidata al gobierno local visto que conoce ampliamente el municipio Iribarren más su amplia experiencia política y en la gerencia pública.
Por su parte el candidato de Avanzada Progresista Henri Falcón es el mejor posesionado exhibiendo el poder de su liderazgo. Aparecer con mayor chance dado su aceptable gestión a su paso por la Gobernación, dotes gerenciales, apertura política y su indudable carisma. Luce con vida política aunque le reprochan su supuesta adhesión al régimen. Se trata de un político de quien la gente recuerda el funcionamiento de los servicios públicos, como el agua.
Sorprendente la fuerza de quien daban por extenuado. Es el pasado salvador por una que otra obra sin la grandeza de que alardea su propaganda, pero que funciona en un contexto vacío de gerencia por resultados que caracteriza al chavismo. En país de ciegos el tuerto es rey.
El resto de candidatos a la gobernación: Juan Pedro Pereira y Livio Agüero son los típicos candidatos curriculares. De estos destaca Juan Pedro Pereira un excelente gerente del sector privado creyente en las sociedades abiertas con ideas, propuestas y proyectos renovadores. No dudamos en calificarlo como el gobernador ideal. Pero tendrá que persistir y esperar nuevos y mejores tiempos. Porque en política las victorias también tienen su tiempo.
Livio Agüero es un comunista dogmático que trata de diferenciarse del despelote generado por los jerarcas del actual régimen. Sin duda, una expresión del contestatario sumido en los extramuros de la contra-cultura política de izquierda. Eso y nada más.
Jennifer Peña es la segunda vez que se lanza al ruedo por la alcaldía de Iribarren movida por una evidente vocación de servicio. También hace promoción de imagen y la cama a futuro.
Freddy Torrealba Z.
