#OPINIÓN Gaveta azul: El lenguaje (Primera simiente cultural) #1Nov

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Nada surge de inmediato acabado y completo como por arte de magia. Todo logro o expresión concreta se hace real al término de un proceso o fase del mismo. El lenguaje, estructura cimera de fruto ancla en la palabra, es el resultado parcial de un complejo proceso evolutivo donde sinergias diversas culminan en la oralidad del lenguaje articulado, atributo trascendente dado el lugar ocupado en el salto dimensional a Homo Sapiens desde los homínidos precedentes.

No ha sido posible a la Antropología precisar con un margen erróneo decente cuando los diversos tonos y modalidades de gritos y gruñidos comienzan a variar sus modulaciones, a suavizar matices, promediar volumen y altura de emisiones vocales en ritmo acorde con los estados emocionales de cobertura, creando en paralelo las diferencias expresivas propias de la estructura de sonidos conocida como lenguaje articulado; resultado final de un proceso que da lugar a las primeras palabras, proceso lento intentando narrar el entorno de los desempeños vitales. Comienza así la generación de un canon comunicativo de códigos discriminantes, enunciativos, nombrando para lograr un patrón definitorio. Enumerar se intentará después, quizás una marca, precedente del símbolo. Más tarde se emprenderá el calificar. De una u otra forma concluye una fase más y al nombrar se identifica y definen las cosas y los hechos del marco rutinario elemental de sobrevivencia. Se incluye a la naturaleza. Objetos casi no existen. El marco vital cubre solo los cuatro instintos fundamentales.

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El cavernario que descubre el tesoro del lenguaje estando a breves escalones de sus ascendentes animales próximos, -ignora el valor multidimensional de su creación, la magnitud del paso logrado no obstante lo utiliza en grande. Habla, su parlar es reducido, tan pequeño y breve como su mundo, sin embargo comienza muy pronto a crecer. La prolífica simiente en que se convertirá la palabra, camina con lentitud y será indetenible, si bien cada vez más amenazada, ahora hasta por las “democracias”. El primitivo hablante es todavía un ser errante pero late en su interior una onda sensible y desde esa veta interna será creado el vasto y complejo sistema que varios cientos de miles de años después, al día de hoy, conocemos como “comunicaciones”.

Las cuevas de Lascaux, de Altamira y tal vez otras locaciones cavernarias desaparecidas, arrasadas por catástrofes naturales no fueron pintadas para ser expuestas y vendidas a un público consumidor. Su objeto era informar a la horda, al grupo conviviente lo que debían hacer y el cómo hacerlo (las armas a usar). Lascaux y Altamira son los primeros medios informativos usados por el hombre. Todavía es prehistoria. El segundo gran salto cualitativo de la evolución humana –la escritura— que nos centrará en la dimensión cultural, apuntando de una vez en búsqueda de lo espiritual, está en el limbo del futuro, si bien ha comenzado a gestarse.

Volvamos a las ideas iniciales y retomemos el trabajo a partir de la aparición de la palabra, describiendo en apretada síntesis el proceso de su gestación y aparición, resumen del desarrollo evolutivo que llevó a la cima el instrumento- clave en el proyecto de la hominización a la humanización.

Voz y palabra implican la subestructura de aporte surgidos de la mente y la emoción, interpretando y reelaborando percepciones sensoriales más el agregado subjetivo de una psique. De ahí que la palabra al manifestarse revela a un ser saltando dimensionalmente de estadios. El animal que trascendió a pre-homínido con su bipedismo, y a homínido con la adquisición de las manos, se convierte en hombre al adquirir la palabra.

El camino que concluye en el lenguaje a través de la palabra es la coronación de una evolución física, que habrá de continuar impulsando a tomar cuerpo prioritario una evolución cultural cuyos últimos pasos eran apenas indiciarios, amén de salpicados por discontinuidades. De la misma forma nace como germen la evolución espiritual de sub-trama a la manifestación cultural, aunque casi siempre en repliegue, o incluso desdibujada. Lo que destaca y se hace evidente a partir de la expresión articulada es el progreso material. La organización social, las primeras artesanías, las tecnologías primitivas, y un acelerar la marcha hacia el futuro.

Es obvia la multiplicidad de la palabra como simiente. En primer término da lugar al nacimiento de la comunicación, al transmitir los hechos vocalmente al oído de una audiencia. Pronto se observa la debilidad y limitaciones del boca-oído. Funciona en lo individual pese al riesgo de tergiversación. Es inaplicable al colectivo, falla que impulsa la necesidad de fijar el testimonio, darle extensión temporal a la voz narrativa, solicitud a la que responde el grafismo dando a luz la escritura cuneiforme.

Con la escritura aparece una disciplina básica del conocimiento. La historia, cuyos primeros esbozos se limitan s narrar orígenes, hechos, sucesos y aconteceres de los pueblos y sus gobernantes. Estos testimonios se enriquecen al aparecer las comparaciones y surgen las causaciones al confrontar otros testimonios de los mismos asuntos, abriendo rutas a una interpretación de las acciones. Podemos decir visiones pre-analíticas, consecuenciales, explicando el por qué y el cómo de los sucesos. Es el nacimiento de la filosofía.

En conclusión, la palabra y el lenguaje apadrinan las comunicaciones, la historia y la filosofía, tres hijas que rigen los miles de años desde la aparición del hombre hasta la actual modernidad, cuando aparecen signos inequívocos de una crisis gigantesca en el funcionamiento planetario, cuyo síntoma más evidente es al mismo tiempo la causa del problema: Sobre-explotación de los recursos y una serie de situaciones críticas encadenadas potenciándose una a otra. La tierra clama por la revisión radical de la concepción mecanicista vigente desde Newton y Descartes. Acercándonos a situaciones límites producto de concebir un universo máquina en lugar de la realidad evidente a la ciencia desde por lo menos el séptimo decenio del pasado siglo: El universo orgánico.

La errónea concepción vigente y un estado crítico consecuencial mostrando alertas rojas alarmantes, recibe de inmediato la atención de grupos ecologistas, naturistas y conservadores, deseosos de intentar en el menor tiempo posible crear nuevos paradigmas para un futuro existencial sin duda diferente, aunque no sabemos en qué sentido y circunstancias, dadas la rigidez y oposición de los sostenedores del status quo.

Aunque cada vez aumentan los convencidos en procurar un mundo inter-relacionado con hilos y lazos distintos a la competitividad, el dominio de la naturaleza, la ansiedad por tener más cosas y objetos; opuestos con firmeza y convicción de criterios a las tendencias dominantes, el mango de la sartén sigue en manos del poder bélico-militar, además sostenedores del supercombo que marca el rumbo económico. En el mismo orden de ideas el liderazgo dominante incita con toda la fuerza de sus tecnologías cautivas el consumismo irracional y las banalidades escapistas, con la clara intención de cosificar multitudes cultivándoles un pensamiento lineal y simplista. Un complejo programa cuyo slogan secreto de orientación y combate sería fortalecer lo establecido, sazonado con la absurda tenacidad de socavar los movimientos feministas.

El panorama presenta un peligroso escenario de combate para el ejercicio trascendente de la palabra, su trabajo por excelencia: Orientar, abrir nuevos cursos mentales en las audiencias conquistadas por el facilismo egoísta (yo comí, no falta más nadie). Sembrar mejores ideas de realización del ciudadano en acuerdo amigable con sus entornos, el físico geográfico y el marco social de referencia. Alimentar sueños por conquistar y utopías en apariencia irrealizables, puntas de lanza ardiendo con el fuego creador del arte, en particular las letras, con la poesía a la vanguardia. Esgrimir el agudo estilete del lenguaje a la manera del Arcángel blandiendo su puñal, protegido por el blindado escudo de su fe en derrotar las fuerzas del malsano egoísmo y el afán explotador ejercido sobre las dos terceras partes del mundo.

Pedro J. Lozada

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