Si, nace en él, en Alonso, una causa que lo motiva a activar su vida personal. Tratar de ser el mejor con la guitarra, el cuatro y el verbo musical. Así como también en el deporte. Su aureola musical y su ímpetu deportivo lo llevó igualmente por las aulas del bachillerato repartiendo alegría y palos con el bate, hasta el mozo Luis Leal, contemporáneo de entonces, por allá en el glorioso Mario Briceño Iragorry, al mando del “inmortal” Chino Canónico, recibió lo suyo.
Su condición, ya manifiesta de benjamín, lo hacen el toñeco de Waldo el hermano mayor y de mi papá, desarrollándose como novel golfista que lo llevó a ser nombrado atleta del año, en la especialidad del Golf en 1981, único en Venezuela, hasta llegar a lo que ha sido en la UPEL. Profesor universitario, líder de las actividades complementarias. Inspiración de muchos, de su familia particular y sobre todo de ésta, su familia consanguínea. Ante la ausencia de César y Gonzalo. Hermanos emblemáticos de la música, por cuanto bajaron al sepulcro, Alonso toma el testigo y prosigue su causa, convirtiéndose en la “maraquita” inspiradora, por su don de gente, inocentón, su buen humor y su contagiable alegría cuando estamos reunidos.
Sirva la oportunidad para recordar cuánto nos amamos. Y cómo debe ser el trato de los hermanos mayores con sus hermanos menores. Sirva de reflexión profunda para nuestros hijos, sobrinos, nietos y bisnietos que de seguro van a leer este artículo. Dice la palabra inspirada “Manténte cerca de tu hermano menor. Que ninguna emulación o contienda separe tu corazón y afectos de él. Qué ningún sentimiento egoísta o celo encuentre cabida en ti. Desaloja de tu corazón todas estas cosas. Cultiva el amor, la confianza, la responsabilidad. Vive a la altura de las normas bíblicas. Practica la luz que Dios te ha concedido. Demuestra, con actitudes y palabras amables y con hechos generosos, tu verdadero interés y afecto por él… Tú eres mayor… y debes procurar en toda forma ayudarlo y ligarlo a tu corazón” Helen White. Libro ALZA TUS OJOS. Gracias a Dios que en cuanto a lo que respecta a nosotros, ciertamente hemos tratado de hacerlo así. Y es menester, que las generaciones emergentes en nuestra numerosa familia lo cultiven con pasión.
En esta hora, cuando los menores de la familia Amaro Gutiérrez nos acercamos a los 70 y los mayores pasan de los 80.Y cuando 4 ya han bajado al sepulcro, no ha sido ningún obstáculo para seguir considerando a Alonso como nuestro benjamín. Problemas, luchas y dificultades hemos afrontado. Tristezas, frustraciones, enfermedad y dolor también. Y seguramente las seguiremos teniendo en este mundo de pecado donde vivimos, Pero la alegría y el optimismo que irradia Alonso, el benjamín, en el seno familiar, aún por el trance médico que hoy está afrontando, pronostica, que en el amor sincero de la familia, la solidaridad y sobre todo la fe en Dios, la podremos enfrentar y superar, mientras esperamos se cumpla la gloriosa y segura promesa que el Señor Dios nos hizo en la Persona de nuestro Señor Jesucristo “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” Juan 14;3. Como dice mi gemelo… ¡Aaaameeen!
¡Hasta la semana que viene Dios mediante por la WEB!
William Amaro Gutiérrez