Se espera que la economía de Latinoamérica crezca poco más de un 6% este año, pero la amenaza de nuevas variantes de coronavirus y la llegada de Delta a la región suman preocupación sobre un resurgimiento de la pandemia y representan un riesgo para las perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazo, dijo el Fondo Monetario Internacional.
“Una recuperación económica está en marcha en Latinoamérica y el Caribe, pero la pandemia aún arroja sombras para gran parte de la región”, expresó el FMI en su informe de medio término en inglés sobre las perspectivas económicas regionales.
“El corto plazo es altamente dependiente de la evolución de la pandemia», dijo la institución financiera con sede en Washington.
El informe fue publicado pocos días después de otro similar en el que el Banco Mundial (BM) advirtió que las secuelas de la pandemia llevarán años en desaparecer en Latinoamérica y el Caribe y que la región perderá otra década si no implementa de manera urgente reformas que impulsen el crecimiento y reduzcan las tensiones sociales.
Durante meses las Américas han sido el epicentro mundial de la pandemia. Aunque la situación ha mejorado recientemente en algunos países, los expertos aseguran que está lejos aún de haber sido controlada. En la última semana se registraron cerca de 817.000 casos nuevos y más de 18.000 muertes.
Uno de los principales obstáculos ha sido la falta de acceso equitativo a las vacunas, cuyas dosis han sido acaparadas por los países más desarrollados dejando a gran parte de Latinoamérica muy atrás en la vacunación.
En promedio, el 41% de la población está vacunada en América Latina y el Caribe, pero las disparidades también existen dentro de la región, con naciones que todavía no han llegado a inmunizar al 20% y otras con más del 70% de su población protegida, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
El FMI proyecta que cerca del 60% del total de la población regional habrá completado la vacunación para fin de año y el 84% para fin de 2022.
El impacto ha sido devastador para la economía.
“Somos consientes de que el impacto de la crisis del COVID ha sido muy fuerte en Latinoamérica”, expresó Nick Chalk, director interino del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI en una rueda de prensa. “Tomará algún tiempo, tal vez ni siquiera en un horizonte de nuestros pronósticos de cinco años, para que el PBI de la región regrese a la tendencia que tenía antes de la crisis”.
En 2019 el PBI regional cayó un 7% y aunque el FMI proyecta que crecerá este año 6,3%, para 2022 prevé que sea de un moderado 3%, es decir, menos de la mitad que el previsto para 2021. Ese repunte no alcanzaría para reactivar la economía ni reducir la pobreza.
La proyección de crecimiento del PBI para este año es 1,7% más que la que hizo inicialmente en FMI en abril, sobre todo porque el crecimiento en la primera mitad del año fue mayor al que se esperaba, alentado tanto por la demanda interna en los países como por la demanda en las exportaciones.
Las previsiones del FMI coinciden con las del BM y son mejores que las de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), que recientemente actualizó sus proyecciones de crecimiento regional de este año a 5,9%, con una desaceleración al 2,9% en 2022.
En general las condiciones externas favorables, el alto precio de las materias primas y un aumento de la demanda impulsan el crecimiento en el corto plazo, mientras que las presiones monetarias y fiscales son negativas, dijo el organismo.
“Los principales riesgos a la baja son el surgimiento de variantes del COVID-19 más contagiosas y letales, el endurecimiento de las condiciones financieras globales, los riesgos de financiamiento de deuda soberana y el malestar social al aproximarse un año con un ocupado calendario electoral”, advierte el FMI en su informe de cerca de 50 páginas.
Chalk, advirtió que ante las incertidumbre los países deberían prepararse para una recuperación escarpada. “Hay un camino largo y sinuoso hacia la recuperación, en el que posiblemente aparecerán contratiempos”, dijo el experto.
Antes de la pandemia la economía de Latinoamérica venía ya contrayéndose: entre 2014 y 2019 creció a una tasa promedio de 0,3%, menor al promedio de 0,9% de los años de la Primera Guerra Mundial, y al de 1,3% de la Gran Depresión, según la CEPAL.
El FMI prevé que el PBI de México crezca un 5,7% en 2021 y un 4,9% en 2022; el de Argentina un 7,5% y 2.5% respectivamente, y el de Brasil un 5,2% y un 1,5%.
Entre los países con más crecimiento para este año aparecen Panamá, con un 12%; Chile, con 11%, y Paraguay, con 10%.