Cientos de personas fueron evacuadas durante la noche en la isla española de La Palma, según dijeron las autoridades el jueves, mientras un río de roca fundida se adentraba en una localidad costera dentro de una prolongada erupción volcánica.
Los servicios de emergencias ayudaron a unas 500 personas a salir de sus hogares, indicó a la televisora pública RTVE el alcalde de Tazacorte, Juan Miguel Rodríguez.
En total, unas 7.500 personas se han visto obligadas a dejar sus casas desde que el volcán de Cumbre Vieja entró en erupción hace más de un mes. Los científicos dicen que el fenómeno podría durar tres meses.
La angustia por no saber si la colada de lava sepultaría sus hogares, cultivos y negocios se está cobrando un precio sobre los vecinos, dijo Rodríguez.
Hay “cierto decaimiento y desesperación sólo esperando que remita el volcán”, comentó.
Aunque la erupción no ha afectado a la mayoría de los 85.000 habitantes de la isla, al noroeste del continente africano, parte del lado oeste ha visto cómo la lava arruina medios de vida y destruye hogares.
La roca fundida ha cubierto más de 866 hectáreas (2.100 acres) y dañado o destruido unos 2.185 edificios.
El rumor constante del volcán y los numerosos sismos también han mantenido en vilo a los vecinos. El Instituto Geográfico Nacional contabilizó 38 sismos desde la medianoche del miércoles, el más fuerte de magnitud 4,3.
La economía de La Palma, que forma parte del archipiélago español de Islas Canarias, se basa principalmente en el turismo y las plantaciones plataneras. El gobierno español ha prometido millones de euros (dólares) para ayudar a reparar infraestructuras dañadas.